Como parte de la celebración por el Día de Muertos y dentro del marco de la Feria Nacional del Árbol y la Esfera en Chignahuapan, se llevó a cabo el XIII Festival de la Luz y la Vida, evento que reunió a más de 5 mil personas, quienes pudieron admirar una representación plástica de un ritual prehispánico.

Este evento, organizado por el artista plástico Héctor Castilla y el presidente del Comité Pueblo Mágico, Miguel López Vega, con apoyo de diversas instituciones educativas, del ayuntamiento e integrantes del Club Chignahuapense, dio inicio en el zócalo de la ciudad para continuar en la avenida la calzada de las Almas, en donde un grupo de danzantes y actores locales son seguidos por miles de personas con antorchas encendidas en mano.

En este peregrinar, la calzada de las Almas fue iluminada para trazar el camino y así conducir a propios y extraños hacia la laguna de Chignahuapan, lugar que servirá como escenario para dar vida a un ritual prehispánico. Y es que la llamada calzada de las Almas, de acuerdo con la creencia náhuatl, es el punto de partida y una de las primeras nueve pruebas que las almas de los difuntos deben recorrer para alcanzar la purificación de su alma en su viaje al Mictlán (tierra de los muertos).

Al llegar a la laguna, los dioses (representados por los actores) y danzantes se abren paso para dirigirse a la colosal pirámide flotante en donde se escenifican el resto de las pruebas que tiene que cumplir el alma del guerrero (Ome Ecatl Ocelot) para alcanzar el Mictlán.

Según la plástica, la creencia náhuatl establece que para llegar al mundo terrenal la persona deberá permanecer nueve meses en el vientre materno; mientras que, para salir del mismo, el alma del difunto debe desprenderse de todo lo que lo hizo “humano”. En esta lucha o guerra espiritual, el alma es acompañada por la representación de Xolo (el xoloizcuinctle, perro típico de los pueblos mesoamericanos), que acompaña al mazehual a cruzar por las nueve pruebas, las cuales parten de los propios temores del ser humano. Una vez que el alma pierde todos los miedos por completo puede llegar al Mictlán, en donde descansará finalmente.

Cabe mencionar que en el teatro al aire libre se reunieron más de mil personas; mientras que, más de cuatro mil se apostaron a los alrededores de la laguna para admirar este festival que culminó con un espectáculo de fuegos artificiales, música y danzas prehispánicas. 

El agradecimiento

Por último, el alcalde de Chignahuapan, Mario Luis Olvera Cortés, agradeció el apoyo de todas familias que intervinieron en la ejecución de este décimo festival, principalmente de los planteles educativos y actores locales que participaron en este evento.

Además, reconoció el respaldo de las autoridades federales y estatales para darle difusión de este evento, el cual se ha convertido en uno de los atractivos que tiene el municipio de Chignahuapan en esta temporada de Todos los Santos.