El presidente municipal Manuel Madero González encabezó la ceremonia cívica en conmemoración al 103 aniversario de la defensa de Izúcar de Matamoros.
De acuerdo al arqueólogo Raúl Martínez, la lucha de independencia de nuestro país vivió momentos importantes en esta ciudad el 26 de febrero de 1812.
La mañana del 23 de febrero, el brigadier de Llano y sus huestes se presentaron en Izúcar ocupando el cerro del Calvario, colocando la artillería que abrió fuego más tarde, las cuales estaban al mando de José Antonio Andrade.
Al día siguiente un nuevo ataque ocurrió, pero ahora bajaron de aquel cerro mas reforzadas, de ahí mismo la caballeriza y la infantería se colocó en las dos entradas del pueblo, pero nuevamente fueron rechazados por las tropas que defendían a Izúcar, mismo que Llano no se atrevió a dar un tercer ataque y, a las 5 de la tarde del 25 de febrero, los realistas tenían ya siete muertos, 20 heridos y cuatro contusos.
Los 150 patriotas insurgentes comandados en esta ocasión por el padre José María Sánchez de la Vega y el capitán Vicente Guerrero, apoyados en todo el momento por el pueblo Izucárenses, fueron demasiado para el impetuoso ejercito de Llano, que optó por olvidarse de tomar Izúcar.
Manuel Madero González mencionó que este día es muy importante y transcendente, ya que en esta ciudad se vivieron hechos históricos que marcaron el camino hacia la independencia y como izucarenses se sienten orgullosos.
Reseña histórica del 103 aniversario de la defensa de Izúcar de Matamoros 1812-2015
La lucha por la independencia de nuestro país vivió dos momentos importantes en nuestra ciudad, uno fue la épica jornada del 17 de diciembre de 1811, la cual ya hemos recordado hace escasos dos meses, la otra tuvo lugar en esta fecha 23 de febrero pero de 1812.
Pero hagamos memoria, nos trasladamos a la época en que la campaña del generalísimo Morelos seguía rindiendo frutos en el sur de la entonces Nueva España.
El entonces virrey Venegas había formulado un plan para reducir el poderío insurgente, el cual implicaba atacar tanto Cuautla como Izúcar, siendo el encargado de realizar el ataque a la segunda el brigadier Ciriaco de Llano. De Llano llegó a la hacienda de Teruel con alrededor de 2 mil hombres, en los que se incluían soldados incorporados en la villa de Atlixco, así como los famosos batallones expedicionarios Asturias y Lobera.
La mañana del 23 de febrero, el brigadier de Llano y sus huestes se presentaron en Izúcar, ocupando el cerro del Calvario, colocándose aquí la artillería que abrió fuego sobre ésta; por la tarde se formaron dos columnas con los batallones expedicionarios, las cuales bajo el mando de José Antonio Andrade atacaron la villa por distintos puntos, pero sin tener éxito para tomar la plaza. Para continuar con el relato de este hecho bélico citamos lo mencionado en documentos del ramo Operaciones de Guerra del Archivo General de la Nación:
“Al amanecer del 24, dispuso Llano un nuevo ataque, al mando del mismo Andrade. Las dos columnas de españoles del día anterior bajaron ahora reunidas y reforzadas […]. El resto de la artillería se colocó en un punto que flanqueaba el pueblo, a tiro de metralla, para sostener el movimiento, en tanto que la reserva formada por la caballería y el resto de la infantería, se colocaba en las dos entradas del pueblo. En esta disposición se verificó el nuevo ataque en que fueron otra vez rechazados, aunque lograron incendiar dos barrios de los suburbios (el de Santiago y el del Calvario). Retirándose los realistas a sus antiguas posiciones y desde allí continuaron durante el resto de la tarde, y la totalidad de la noche, hostilizando a los insurgentes con la artillería […] No se atrevió Llano a dar un tercer ataque. A las 5 de la tarde del 25 de febrero, los realistas tenían ya 7 muertos, 20 heridos y 4 contusos”.
Los 150 patriotas insurgentes comandados en esta ocasión por el padre José María Sánchez de la Vega y el capitán Vicente Guerrero y apoyados en todo momento por el pueblo izucarense, fueron demasiado para el impetuoso ejército de de Llano, quien optó por olvidarse de tomar Izúcar, sobre todo por la solicitud de apoyo del mismísimo Félix Calleja, quien para esos momentos asediaba Cuautla; el día 26 de febrero muy temprano los realistas simularon un ataque al pueblo con una parte de sus tropas, lo cual le permitió al resto de su maltrecha división seguir su camino para reforzar el sitio sobre Cuautla.
“Y así fue como de nuevo nuestra heroica ciudad volvió a contribuir a la causa de la libertad, sobre todo con el decidido apoyo de su gente, hoy recordamos no sólo a los grandes héroes de la independencia, sino a aquellos héroes anónimos que ofrecieron su vida en esa épica jornada de febrero de 1812”.
La mañana del 23 de febrero, el brigadier de Llano y sus huestes se presentaron en Izúcar ocupando el cerro del Calvario, colocando la artillería que abrió fuego más tarde, las cuales estaban al mando de José Antonio Andrade.
“Al amanecer del 24 (de febrero), dispuso Llano un nuevo ataque, al mando del mismo Andrade. Las dos columnas de españoles del día anterior bajaron ahora reunidas y reforzadas.”