Luego de ofrecer una conferencia magistral en el marco de la conferencia “Repensando el desarrollo: ética e inclusión social”, celebrada en la sede de la cancillería, el catedrático explicó que el desarrollo debe considerar los límites que la naturaleza impone.
Sin embargo, por la distancia entre la naturaleza y los ciudadanos así como la ignorancia sobre las implicaciones ambientales de la tecnología, se llevan a cabo políticas que en realidad depredan los recursos, indicó el ex rector de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Por ello, indicó, sólo con una ciudadanía debidamente informada y exigente se podrá lograr que las políticas públicas cambien a otras, que respeten los límites de la naturaleza, sin que eso signifique “irnos todos a vivir en la selva en casas de piedra”.
Sarukhán Kermez mencionó que “no hay voluntad política de asumir las enseñanzas de la naturaleza como límites de permisividad”, y ejemplificó con lo ocurrido en Chiapas, donde la depredación de la vegetación de las montañas provocó el desbordamiento del río Grijalva y la desaparición de toda una comunidad.
En la misma conferencia, John Crowley, especialista en programas de ética de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), destacó la importancia de conciliar la naturaleza con las necesidades de desarrollo.
Aseguró que es necesario cuidar el medio ambiente, pero también construir puentes de acero y concreto; para ello se debe pensar cómo hacerlo para reducir al máximo el impacto y planear a largo plazo para evitar que una solución de hoy se convierta en un problema mañana.
El experto señaló que debido a razones tecnológicas, demográficas y sociales, es difícil hacer proyecciones a más de 25 o 30 años, pues las condiciones pueden variar y generar más conflictos de los actuales, aunque reconoció que la iniciativa privada –por ejemplo en la industria petrolera—, planea a plazos aún más largos de 40 o 50 años.
La subdirectora del Sector de Ciencias Sociales y Humanidades de la UNESCO en México, Pilar Álvarez Laso, reconoció en su oportunidad que la humanidad no ha podido avanzar en la consecución de los Objetivos de Desarrollo del Milenio.
Las soluciones podrían no ser definitivas, indicó, pero deben pasar por la ética, así como por el respeto a los derechos y la dignidad de las personas.