De acuerdo con la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares (ENIGH) 2016, del Instituto Nacional de Estadística y Geografía, los apoyos que reciben las familias ubicadas en el 10% de la población más pobre del país representan casi dos quintas partes (37.2%) de sus ingresos totales, siendo el decil de ingreso que más depende económicamente de los recursos que provienen de fuentes distintas al trabajo.

Estos subsidios les permiten a los 12.3 millones de mexicanos más pobres del país obtener en promedio 25 pesos diarios para poder subsistir.

Sin embargo, dicho valor es inferior al costo de la canasta básica alimentaria, que a agosto de 2016 (periodo equivalente al levantamiento de la ENIGH 2016) fue de 41 pesos diarios, de acuerdo con datos del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval).

Lo anterior significa que el ingreso promedio diario de las personas del decil más pobre del país, aún con transferencias, no alcanza para adquirir la cantidad de alimentos con el mínimo de nutrientes necesarios para no morir de hambre.

Vale la pena destacar que, de no existir los ingresos que reciben por distintos subsidios por parte del gobierno  los más pobres, el dinero que perciben pasaría de 25 pesos diarios a 16 pesos, es decir se reduciría en 36 por ciento.

Asimismo, esta proporción de los ingresos que los 12.3 millones de personas más pobres de México reciben es casi similar a lo que obtienen por sus actividades laborales, ya que éstas representan 39.1% de sus ingresos totales.

Del 37.2% que representan los subsidios en el ingreso de las familias más pobres, 17.4 puntos porcentuales corresponden a apoyos de programas gubernamentales, siendo el principal rubro.

Le siguen otras transferencias como los donativos en especie de otros hogares e instituciones, con 9.1 puntos porcentuales; los apoyos en dinero de también les otorgan otros hogares e instituciones con 6.2 puntos, y las remesas con dos puntos porcentuales.

Por su parte, el restante 23.7% del ingreso de las personas más desfavorecidas que no es por subsidios y no es por trabajo proviene de fuentes como la renta de la propiedad, la estimación del alquiler de la vivienda y de otros ingresos corrientes.

Finalmente, cabe destacar que en cuanto a los programas gubernamentales, su participación dentro de los ingresos de los más pobres es ocho veces lo que representa en el promedio nacional.