El disturbio originado por una manifestación, para exigir justicia por la muerte del joven Giovanni López a manos de policías de Ixtlahuacán de Los Membrillos, dejó cuantiosos daños en varios edificios del centro de Guadalajara, Jalisco.
Al menos unos 500 manifestantes llegaron a Palacio de Gobierno del Estado derribando puertas, quebrando cristales y quemaron dos patrullas de la Secretaría de Seguridad Estatal.
Enseguida amagaron con arrancar señalamientos y teléfonos públicos y bancas de metal para utilizarlos para tumbar puertas y estrellar cristales del edificio histórico.
Las protestas continuaron y causaron destrozos en el Consejo de la Judicatura de Estado y otros comercios ubicados en las inmediaciones del centro histórico de Guadalajara.
Los antimotines lanzaron varias granadas de humo y bombas con gas lacrimógeno y pimienta, para dispersar a los manifestantes quienes prendieron fuego a un elemento de la Policía de Guadalajara quien resultó con lesiones por quemaduras.
Después de cuatro horas llegaron granaderos de la Guardia Nacional apoyados por un helicóptero de la Policía Estatal además de elementos de la policía metropolitana para poder llevar a cabo el arresto de algunos de los participantes.
Hasta el momento se habla de 26 detenidos por los operativos llevados a cabo por los representantes de la autoridad.
Los delitos que les pueden fincar a los asistentes son motín, daño en las cosas, tentativa de homicidio y resistencia de particulares ante una autoridad más lo que resulte.