La visita a Puebla del secretario federal del Trabajo, Javier Lozano Alarcón, se volvió una pasarela política de sus anhelos transexenales. Los visos futuristas del funcionario, conocido por su férrea labor al frente de la dependencia, tuvieron un respiro.

Lozano aprovechó su visita a Puebla para recorrer las obras del puente-viaducto de la calzada Ignacio Zaragoza, hacer su tour matutino de medios y desayunar en el Royalty; es decir, para hacerse ver en la ciudad y emitir sus mensajes de poblanidad ad hoc, digno de cualquier aspirante local.

También se tomó fotografías con transeúntes, pues lo cándido no quita lo fotogénico.

Además, se reunió con empresarios y líderes sindicales en el Salón Barroco del edificio Carolino de la UAP, y hasta pareció condolerse del desempleo de los trabajadores de Luz y Fuerza del Centro en Nuevo Necaxa.

Lozano Alarcón habló de todo: desde el conflicto en el Colegio de Bachilleres del estado de Puebla, las negociaciones entre el SITIAVW y la armadora alemana, hasta de sus aspiraciones presidenciales.

Además, convirtió su agenda de trabajo en Puebla en un foro para atraer los reflectores, por lo que se hizo acompañar del gobernador Rafael Moreno Valle, a quien respaldó en su campaña rumbo a la gubernatura asistiendo a diversos actos de campaña el año pasado.

Por si fuera poco, jugó con los escenarios, en plena presitidigitación futurista, y con habilidad ante las preguntas de la prensa, avisoró un panorama favorable para sus aspiraciones políticas.

El secretario del Trabajo y Previsión Social criticó a Santiago Creel Miranda, quien dejó el Senado de la República para buscar la candidatura del PAN a Los Pinos, de quien dijo que su decisión fue incongruente y mediática.

Reveló que mandó a hacer una encuesta para conocer su posicionamiento electoral, a partir del que evaluará si persevera en sus aspiraciones a ser el candidato del Partido Acción Nacional a la presidencia de la República.

En caso de que no continuara, Alarcón se sumaría a alguno de los aspirantes presidenciales de su partido, el que cuente con el posicionamiento político más avanzado para que su partido conserve la presidencia de la república.

“Aún no sé en qué día de la próxima semana tomo mi decisión, no lo puedo saber todavía, pero no pasa de la próxima semana que lo anuncie y que ya fije esa posición, ya sea seguir adelante con mi legítima aspiración por la candidatura a la presidencia, o hacerme a un lado para que se vaya adelgazando este número de aspirantes y podamos fortalecer un poco más el proceso.”

En su análisis, Lozano Alarcón desechó que en su partido la candidatura presidencial se logre a través de una candidatura de unidad, y confió en que habrá una disputa interna fuerte, buena y firme.

El funcionario federal aprovechó para criticar las reformas realizadas por el Senado de la República que le dan una mayor contienda a los procesos electorales, “esas reformas dejan atado de manos al PAN en la lucha por la presidencia de la república”.

Con la finura de un funcionario lopezportillista, Lozano Alarcón habló del honor para representar a su partido en las próximas elecciones:
“Para mí sería todo un honor. Qué les puedo decir, estar representando a mi estado de una u otra forma, pero desde luego estar acompañando como proyecto y como equipo.”

Además, soltó la típica frase de los políticos en campaña: “Nada me daría más gusto que ser el candidato, mandé a hacer una encuesta, vemos si le seguimos o ahí la dejamos. Me honraría representar a Puebla de alguna u otra manera.”