El panismo tradicional se dio cita en el Teatro de la Ciudad para escuchar —entre porras y elogios— a los tres diputados plurinominales del panismo en el Congreso local: Juan Carlos Espina von Roehrich, Ana María Jiménez y Rafael von Raesfeld, quienes destacaron que su gestión ha sido sin distingos partidistas ni clientelismo: “Informamos a ustedes que antepusimos en todo momento el respeto a la dignidad de la persona y respondimos a las solicitudes ciudadanas sin fines clientelares y con criterios concretos.”

Además, se dijeron “dispuestos a exigir para el Poder Legislativo trato digno y decoroso”. Los legisladores del blanquiazul afirmaron que los diputados de su partido se han convertido en actores insustituibles gracias a su apuesta por la unidad y la legalidad, “empeñados en personificar en las actuales circunstancias, no la posición grandilocuente de todo o nada, del puño levantado y el grito irracional, sino la serena actitud sincera de hallar el mayor bien posible para Puebla”.

El líder estatal de Acción Nacional, Juan Carlos Mondragón Quintana, reconoció sin aspavientos la calidad política de sus correligionarios: a Ana María Jiménez la llamó la combativa, la defensora de las causas de la vida, los niños y la familia; a Juan Carlos Espina lo felicitó por su prudencia y sabiduría política, y a Rafael von Raesfeld, su amor por la causa de los migrantes.

El secretario de gobierno, Fernando Manzanilla Prieto, tampoco contuvo los elogios. Habló —bajo el dogma del hedonismo estatal— sobre cómo el Estado debe generar los elementos para construir la felicidad. Manzanilla añadió sus propias aportaciones a las reflexiones del panismo de probado cuño, al proclamar los valores del gobierno morenovallista que se resumen en un catecismo de cinco conceptos: la eficiencia, el conocimiento, la generatividad, la verdad y la colaboración.

Yo pensaba que el Estado no podía generar una transformación colectiva”, esbozó el funcionario estatal ante un auditorio que lo escuchaba alelado.

Y como si fuera cita referida, quizás al viejo conductismo de Skinner, sentenció: “El Estado puede modelar el comportamiento.”

El secretario agregó a sus comentarios sobre la modelización del comportamiento que “el pensamiento tiene un impacto en la materia”, según lo señala, dijo Manzanilla, la física cuántica.

Manzanilla Prieto relató que el diputado y presidente de la Comisión de Gobernación, Juan Carlos Espina von Roehrich fue el artífice de la reforma a la Ley Orgánica del Poder Legislativo para eliminar la figura vetusta de la Gran Comisión. Sobre el diputado Rafael von Raesfeld halagó su inmutable sonrisa: “Rafa siempre está sonriente y de buenas.” Manzanilla también halagó a la diputada Ana María Jiménez por su trabajo en favor de las mujeres.

Engalanando la tertulia entre los diputados panistas y el Poder Ejecutivo, el representante del gobernador aseveró: “El PAN es un partido de valores.”

También exhibió su propio muestrario de valores, signados por la eficiencia y el consenso.

Al término del acto, una banda de música de viento amenizaba el vestíbulo del Teatro de la Ciudad.
Los panistas entre líderes locales y funcionarios —en su mayoría del ayuntamiento de Puebla— degustaban los bocadillos y el vino tinto.

Los legisladores panistas plurinominales tuvieron sus minutos de gloria: entre el apapacho del secretario de Gobierno, el reconocimiento de su líder estatal y las peticiones de fotos con los militantes de base de su partido político.

El momento más claro fue cuando el dirigente estatal del PAN, Juan Carlos Mondragón Quintana, se refirió al papa Pablo VI para explicar la condición de la política. Asimismo, defendió el papel de los llamados diputados plurinominales a los que denominó los “diputados del partido”.

Los diputados resaltaron que trabajaron con organizaciones como Vifac, Vida y Familia AC; Asilo Particular de Caridad para Ancianos; Asilo Santa Inés; Woomb de México AC; Jubilados Y Pensionados SNTE Sección 23; Centro de Ayuda a la Mujer; Casa del Campesino en Zacatlán; Más por México y Grupo Acción Mixteca.