Ni caudillo ni desestabilizador de la economía. Ni crédulo ni promotor del culto a la personalidad.
Con más experiencia que en el 2006 y con el ascenso en su campaña, a unos cuantos días de la elección, José Agustín Ortiz Pinchetti, deshebra por qué Andrés Manuel López Obrador, candidato de las izquierdas, busca modernizar al país en el terreno democrático y económico en entrevista con Intolerancia Diario.
Para el coordinador de Morena (Movimiento de Regeneración Nacional) en Puebla, José Agustín Ortiz Pinchetti, la campaña de Andrés Manuel López Obrador, ha tenido una respuesta sorprendente.
La confianza en la actividad ciudadana para sobrepasar a las estructuras es la tentativa de la ofensiva lopezobradorista el día de la elección.
Ortiz Pinchetti encuentra impresionante el comportamiento de los ciudadanos poblanos en esta campaña electoral.
Si bien es cierto en el 2006, el optimismo en el círculo cercano de Andrés Manuel López Obrador era avasallador, un aire de triunfalismo embargaba a los seguidores del exjefe de Gobierno del Distrito Federal, ahora hay un sentimiento de cautela y una mayor organización. “La clave de la victoria está en una participación mayoritaria el día de la elección y en nuestra estructura electoral”, describe Ortiz Pinchetti las condiciones para que Andrés Manuel López Obrador triunfe en la reñida competencia electoral.
Sin aspavientos ni poses, el artífice de la estructura de Morena en Puebla considera que la entrega de los poblanos a la causa lopezobradorista ha catapultado a López Obrador en otras partes del país y ya contagió a estados vecinos como Veracruz, tradicionalmente priista pero descontento con el estilo de gobierno prevaleciente.
El político nacionalista establece que la campaña en contra del candidato de las fuerzas de izquierda es un acto de desesperación de sus adversarios y lamenta que la cautela de Andrés Manuel en el 2006 le haya impedido responder a varias semanas de campaña en su contra.
Ahora, relata Pinchetti, López Obrador aprendió la lección: se ha vuelto más desconfiado, y si bien en el 2006 su mensaje se dirigió a un sólo sector ahora su programa de gobierno ha llegado a las clases medias y al sector empresarial.
“López Obrador mantendrá la estabilidad macroeconómica —resalta el coordinador de Morena en Puebla— y vamos por un programa de crecimiento económico.”
Agustín Ortiz Pinchetti afirma que las preferencias a favor de López Obrador han crecido en estados como Nuevo León, Tamaulipas, Baja California y Durango.
Ya en una segunda fase, José Agustín Ortiz Pinchetti estima que para llevar a cabo una transición tersa, el triunfo conllevaría un gran pacto social con todos los actores, al estilo del Pacto de la Moncloa, que aterciopeló la transición española postfranquista.
“Sus adversarios han señalado que un triunfo de López Obrador dispararía el control macroeconómico del país.
”No tienen porqué temer. Uno de los puntales del proyecto es mantener estable la macroeconomía.
”Ellos no han logrado en 30 años un crecimiento del país. Lo que no dicen es que el gasto del gobierno es brutal. Que la corrupción es brutal. Que los negocios que se hacen al amparo de auténtica competencia económica y que se ha venido polarizando el mercado, polarizando la economía.
”Esto quiere decir que mientras el 1 por ciento de la población goza de todos los privilegios el 99 por ciento de la población vive un detrimento constante de su nivel de vida. Queremos crear un proyecto para el 99 por ciento de la población; queremos modernizar la vida económica, social, política de México.”
—Después de 30 años de luchar a favor de la democracia, de la alternancia ¿qué avances se perciben?
—Percibo que hay una democracia adulterada. En que las instituciones democráticas no funcionan cabalmente, percibo avances, hoy podemos ejercitar nuestros derechos políticos con más amplitud de lo que lo hacíamos hace 30 años. Hoy no existe un partido único. Hay un peligro gravísimo en la restauración del viejo sistema en una alianza conservadora entre el PAN y el PRI y es realmente providencial que hubiera surgido un movimiento como el de Andrés Manuel y una organización política como la de Morena y hacer realmente una bipolaridad democrática absolutamente indispensable para que funcione México como una democracia moderna. Pero tenemos que reconocer que existen dos graves problemas: la corrupción, vinculada, con la impunidad. Yo creo que la democracia funciona cuando hay rendición de cuentas. Si pueden darse los extremos que se han dado aquí de manipulación de recursos públicos, de inmensos negocios que se levantan entre políticos y negociantes; la democracia es fachada.
”No basta con que haya elecciones. Hasta 2006 no ha habido elecciones realmente libres y justas. Vemos como se despliegan en México acciones de coacción y compra de voto. Estas prácticas quedan impunes como queda impune la ‘guerra sucia’ que está en contra de la ley porque distorsiona, asusta y debilita al electorado. Yo usaría las palabras de Lorenzo Meyer: ‘vivimos una democracia adulterada’.