Ante la creciente presencia pública que toman algunos funcionarios del gobierno del estado de Puebla, rumbo a la elección local del 2013, donde se eligen presidentes municipales y la conformación del Congreso del estado, el rector de la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla (UPAEP), Alfredo Miranda López, afirmó que todos los funcionarios públicos de los diferentes órdenes de gobierno, que aspiren a un cargo de elección popular deben renunciar al puesto que tienen en la actualidad, para postularse “porque si reciben un ingreso de parte de los ciudadanos, no se pueden dar el lujo de hacer eso”.
Desde la perspectiva del administrador central de esa casa de estudios poblana, quienes tengan aspiraciones para ser candidatos en las próximas elecciones que se realizarán en la entidad poblana, deben por lo menos, pedir permiso al encargo que tienen, pero tienen que dejar de recibir esos ingresos, que provienen de los ciudadanos del estado.
Miranda López agregó que los funcionarios gubernamentales, deben entender que mantenerse en el puesto público, mientras promueven sus aspiraciones por una candidatura no es lo correcto porque de hacerlo, afectan la imagen que tienen ante la sociedad, pero lo más grave no es eso, “lo más grave es que exista una incongruencia al estar, de alguna manera usando recursos que no son suyos, para poder promoverse”.
Ante eso, el rector de la UPAEP reiteró que no solamente se trata de utilizar recursos de las dependencias en las que laboran al servicio de la sociedad, también tiene que ver con el respeto hacia los ciudadanos, porque insistió en que tomar esas posturas, implica un uso indebido y la sociedad siempre lo castiga.
Alfredo Miranda López dijo que dentro de la institución que dirige, cuando un profesor o un estudiante, deciden ingresar en la vida política, les piden que obtengan un permiso, pero sin goce de salario “y ahí nos vemos, cuando termines la actividad política ya platicamos”, pero insistió en que no es correcto, utilizar los recursos que no son propios, para hacer una campaña, que al final de cuentas, tiene que ver con una persona y no con las instituciones del servicio público.