Bajo este enfoque, el politólogo advierte que en la próxima elección podría presentar un voto de castigo. “Yo considero que los electores en Puebla han aprendido a premiar y a sancionar a los político y a los gobiernos.
”Lo que hemos visto es que los electores poblanos han aprendido el valor y la importancia de su voto.”
El politólogo de la Universidad Iberoamericana estimó que para las elecciones del próximo podría haber una sorpresa y los electores de Puebla ocuparían su voto para sancionar al gobierno de Rafael Moreno Valle debido a que ha dejado trunca la alternancia. Hernández Avendaño, entrevistado por los medios de comunicación durante el receso del evento sobre transparencia y rendición de cuentas que se realiza en la Universidad Iberoamericana, señaló que es necesaria una mayor participación de la ciudadanía para que mejoren las condiciones democráticas y de transparencia en Puebla, ya que solamente desde estos sectores podrán haber cambios sociales.
El politólogo de la UIA Puebla lamentó el estado que guarda la alternancia en Puebla y apuntó que la alternancia ha dejado insatisfechos a quienes le apostaron por un cambio en todos los órdenes, como el que se prometió y alcanzó un alto respaldo ciudadano en las elecciones de 2010, representado por la coalición ganadora Compromiso por Puebla, pero al final no se han presentado los cambios políticos y sociales ofertados durante la campaña, resaltó Hernández Avendaño.
“Lamentable, porque me parece que Moreno Valle fue electo por una presión ciudadana de cambiar prácticas gubernamentales, me parece que los que votaron por Moreno Valle quería un cambio, querían ver un conjunto de prácticas gubernamentales lejanas a lo que fue el priismo de Mario Marín, y lo que estamos observando pareciera lo mismo: prácticas secretas, Congreso que no abre su discusión a la opinión pública y entonces la gran pregunta es, ¿de qué sirvió la alternancia? Y, desde mi punto de vista, pareciera que alternancia no significa más democracia.”
En ese mismo orden de ideas, Hernández Avendaño bosquejó los rezagos en materia de democratización de las instituciones públicas, especialmente los organismos de transparencia y rendición de cuentas; el politólogo confió en que finalmente se abra el proceso para la renovación de los comisionados de la CAIP, discusión que actualmente se suscita en el Congreso local y es impulsada por organismos civiles preocupados por la transparencia y rendición de cuentas:
“En el estado hay una buena encrucijada porque hay cada vez más fuerzas prodemocráticas, con la idea de ir derrumbando lo que yo denomino enclaves autoritarios; en los estados tenemos muchos enclaves autoritarios y esta tendencia a controlarlo todo, incluidos los órganos autónomos la Comisión de los Derechos Humanos, el IFAI, los órganos de acceso a la información, los institutos estatales electorales, etcétera; me parece que la única manera de poder romper estos enclaves es una mayor ciudadanía y una participación social más intensa. En México tenemos lo que denomino una ciudadanía de baja intensidad, y la única manera para romperlos es ésa. Ojalá que el relevo en la comisión sea el resultado de una mayor presión democrática desde la ciudadanía.”