La obra prometida en campaña, el metrobús, ha significado modificaciones en el tránsito sobre boulevard Atlixco pero también distintos cambios en el proyecto original que han sido documentados por esta casa editorial.
Durante la campaña a la gubernatura del 2010, el entonces candidato al gobierno del estado, Rafael Moreno Valle, hizo de la construcción del metrobús una de las banderas de su propuesta electoral. Sin especificar lugares, ni modalidades, ni especificar detalles, “en la espuma” de la conquista del voto, su promesa se popularizó.
Los poblanos la aplaudieron y la abrazaron como suya.
Entre las críticas que ha recibido el proyecto emblema del morenovallismo se encuentran: el alto costo del pasaje del metrobús, la falta de consenso social para la realización de la obra (la realización de puentes muy cerca de zonas habitacionales en la Rivera Anaya y las protestas de habitantes de Tlaxcalancingo); la implementación en una ruta no prioritaria, las constantes modificaciones a la obra conforme al proyecto inicial reduciendo la calidad del mismo, y la disminución de los vehículos articulados.
Y finalmente quejas constantes de los automovilistas sobre sus tiempos de traslado durante la construcción de la obra.
El costo al público del servicio es elevado. Será más caro que el ofrecido en las ciudades de México, León y Monterrey.
Los inicios
Al tomar protesta como gobernador de Puebla, el 1 de febrero del 2011, Rafael Moreno Valle, anunció una serie de acciones: entre ellas, la licitación de la primera línea del metrobús para la capital, proyecto en el que anunció Moreno Valle al tomar protesta se invertirán mil 500 millones de pesos durante los primeros dos años.
El metrobús coloca a prueba las promesas de campaña del gobierno morenovallista. Entre el cumplimiento de las mismas y la verificación cabal de dichas promesas de campaña, entrará en marcha el próximo 15 de enero, cuando rinda su segundo informe de labores.
Para el próximo año, la organización no gubernamental El poder del consumidor incluirá a Puebla donde el próximo año entrará en funcionamiento el metrobús. La organización anunció este año que revisará en el 2013 el funcionamiento de las nuevas líneas de Mexibús, y también la línea 4 de Metrobús del DF.
En el caso de la tarifa del nuevo transporte cada año aumentará indexándose conforme a la inflación. Por lo que los poblanos deberán pagar entre 50 centavos y un peso, según señala la Ley de Transporte aprobada por el Congreso de Puebla.
El reporte comparativo sobre los 10 corredores de transporte BRT en México, realizado en octubre del 2011 por la ONG, El poder del Consumidor AC recomienda seguir las siguientes medidas:
“Para superar eso proponemos realizar una planeación rigurosa de los sistemas BRT con visión de mediano y largo plazo, una supervisión estricta de su implementación y mantenimiento, comunicación constante con todos los actores antes y después de la instalación del corredor BRT, crear un fideicomiso que centralice la recolección del recaudo y distribuya los pagos bajo esquemas integrados a lo largo del sistema, crear una tarjeta inteligente como medio único de pago para los diferentes modos de transporte, reprogramar el servicio para elevar su frecuencia de paso y aumentar la oferta de autobuses e implementar carriles de rebase para optimizar el servicio, entre otras medidas.”
Poblanos sufren la obra del metrobús
La otra queja de los automovilistas sobre la realización del metrobús es la alteración de los tiempos de traslado sobre boulevard Atlixco y sobre la diagonal Defensores de la República.
En las horas pico las obras del metrobús congestionan el tránsito de vehículos. Sobre el bulevar Atlixco, los conductores que transitan sobre esta vialidad se acostumbran a los nuevos tiempos de traslado con un aire de resignación y de que la obra realmente beneficie a la ciudad.
En un recorrido realizado en marzo de este año por este medio de comunicación se detectaron los cuellos de botella que generaba la construcción del metrobús.
Situación que ahora se mantiene a pesar de la vigilancia de agentes de vialidad el tránsito sobre esta vía es lento, los cuellos de botella que generan las obras producen molestia entre los conductores de vehículo.
La otra queja recogida entre los conductores que cotidianamente transitan por esta vialidad son las complicaciones que generan la obra.
A quienes parece agradarles la obra el metrobús son los vendedores y limpia-parabrisas de los cruceros quienes aprovechan la parsimonia de la marcha de los vehículos en las horas pico.
Con la nueva obra vial quizás se resuelvan algunos problemas de traslado y se agilicen tiempos para los usuarios de la única ruta del sistema. Sin embargo, quienes encararán a primer golpe el cambio en la vialidad son los automovilistas.
En los cruces de bulevar Atlixco como el de la 31 Poniente y el de circuito Juan Pablo el tránsito se hace a vuelta de rueda y aunque la incorporación desde el periférico al bulevar Atlixco es rápida de inmediato el tránsito se ralentiza.
Tomar el bulevar Atlixco o la diagonal Defensores de la República se ha transformado en una aventura para los automovilistas quienes tienen que conducir en las horas pico con paciencia. Amén de los cruces prohibidos a la izquierda.
A lo largo de la ruta del metrobús se eliminarán 27 retornos o vueltas de lado izquierdo y, en su lugar, serán acondicionados accesos para los automovilistas.
Un proyecto parchado
El pasado 22 de octubre, en un reportaje del periodista, Jorge Castillo, se enlistaron las fallas del proyecto del metrobús, debido a que el proyecto de la Secretaría de Transporte incumple con los requisitos de las instancias federales.
El gobierno del estado se burló del Protam (Programa de Apoyo al Transporte Urbano Masivo), ya que originalmente para recibir los recursos provenientes de Banobras, para la construcción y la operación del metrobús, presentó un proyecto elaborado por la empresa Logit. Cabe señalar que el proyecto contó con el apoyo de mil 499 millones de pesos, de los cuales el 27 por ciento provienen de la Banca de Desarrollo.
No obstante, con la entrada de Víctor Mata Temoltzin a la Subsecretaría del Transporte local, el proyecto de Logit fue desechado y sustituido por otro elaborado por la empresa Adhoc, cuyo propietario es el exsubsecretario de la SCT federal, Aaron Dychter Poltolarek.
Fuentes de la Secretaría del Transporte informaron a Intolerancia Diario que en el Programa Metropolitano de Movilidad la empresa Logit realizó el primer proyecto de costo-beneficio del corredor Tlaxcalancingo-Chachapa. Gracias a este estudio se bajó el recurso federal del Protram, ya que reunía todos los requisitos; posteriormente se otorgó de nueva cuenta el proyecto.
El metrobús tenía que cubrir tres requisitos indispensables, el primero de ellos: beneficiar a dos o más estados, lo cual obviamente no se hace en la ruta que se realiza desde el municipio de Tlaxcalalcingo a Chachapa cruzando por Puebla. El segundo requisito, que fuera un proyecto ecológico, ya que al contar con un número de unidades articuladas no deberían circular gran número de vehículos del transporte público. Inclusive en el proyecto original se contemplaba la instalación de las llamadas “terminales de transferencia”, que eran los puntos al principio y al final de la ruta donde las rutas federales las alimentaran con pasajeros procedentes de otros municipios.
Por lo tanto, las cinco líneas de camiones federales no tendrían que entrar a la ciudad, disminuyendo la contaminación y el tránsito en las calles de Puebla. Pero al cambiar el proyecto ahora este paradero sólo será en “herradura”, para que el metrobús de la vuelta en “u” de regreso a la ruta, por lo que no habrá ninguna terminal y las unidades federales entrarán a la ciudad, como lo hacen hasta la fecha.
Como Intolerancia Diario reveló hace unas semanas, en el primer proyecto originalmente tenían contemplada la circulación de 45 vehículos articulados y se retiraban 500 unidades, entre microbuses y combis. Pero ahora se sabe que sólo serán seis los vehículos articulados los que circulen por la cinta de concreto hidráulico, junto con 90 autobuses convencionales, por lo que lo ecológico se perdió con el cambio. Se sabe que las unidades articuladas serán de la marca alemana Mercedes Benz y las convencionales de la firma Dina, sin que hasta el momento se sepa si hubo alguna licitación para determinar el empleo de estos camiones, señaló en su reportaje el periodista Jorge Castillo.