En la víspera del segundo informe de actividades del gobernador del estado de Puebla, Rafael Moreno Valle Rosas, el asesor en autoprotección a periodistas de la Casa de Derechos de Periodistas, Andrés Solís Álvarez, aseguró que el mandatario poblano llega a 24 meses de administración, con un divorcio brutal con los periodistas, porque no hay acceso a la información, pero además se controlan las giras de trabajo y quién entra y quién sale a los eventos, incluso también se controla quién puede preguntar a los integrantes del gabinete, “eso genera un impacto en la sociedad, que no recibe la información adecuada, no se sabe qué está pasando en Puebla y solamente se publica la visión del gobernante a través de los boletines o el pago de desplegados”.
El autor del libro Manual de autoprotección para periodistas, dijo que desde esa organización civil, no mandan ningún mensaje al mandatario poblano, porque el mensaje lo dará el propio Moreno Valle, cuando no hable de los recursos que invirtió en medio de comunicación, “porque dirá que ayudó a muchos poblanos, pero no dice cuánto gastó en publicidad para su gobierno en medios, cuánto destino por medio, cuánto recibió cada uno”, pero sobre todo, cuánto le cuestan a los poblanos esas inversiones de publicidad”.
En su visita por la ciudad de Puebla, previa al segundo informe del gobernador del estado, Rafael Moreno Valle, Solís Álvarez, recordó que los derechos humanos pretenden construir sociedades igualitarias y cuando no hay respeto a las garantías de las personas, les niegas el derecho de acceder a todos los beneficios, por lo tanto “el primer derecho que se violenta en materia de Derechos Humanos es el derecho a la no discriminación, no que te digan que estás feo por ser moreno, es la discriminación a cualquier derecho, cuando por alguna razón te niegan el libre ejercicio de tus derechos, entonces no tienes acceso a la información, a la salud, a la educación, al empleo bien remunerado”.
En ese contexto, Andrés Solís Álvarez, aseguró que la sociedad poblana sigue siendo discriminada por el estado, a recibir información y se le trata como a un menor de edad, es como decirle “no te enteres, créele que fue a repartir cobijas a la Sierra Norte para los niños pobres, pero no te vamos a decir dónde compramos esas cobijas, si se repartieron entre los 500 niños que dijimos ni si esos niños son hijos de funcionarios del partido, esa información no la tenemos, entonces hay un impacto en el acceso igualitario a la información de la sociedad poblana, porque no hay información y una sociedad sin información, es manipulable, controlada, a la que se le engaña fácilmente, que no se le rinde cuentas del dinero que se gasta el estado”.
La sociedad tiene que aprender
En entrevista, el periodista Andrés Solís Álvarez, afirmó que en ese contexto, tienen que aprender todos los integrantes de la sociedad mexicana, pero no el gobierno, porque desde su perspectiva, se supone que debe de saber, “sería muy lamentable que el Estado tuviera que aprender a respetar los derechos humanos, es su obligación y lo dice nuestra Constitución”.
Ante eso, reiteró que la sociedad poblana y la mexicana en general, tienen mucho que aprender, pero no lo puede hacer por sí sola, necesita de los medios de comunicación y los medios de comunicación necesitan de la sociedad, “porque se puede tener la mejor historia, lo mejor contada, pero nadie la lee, tiene que existir una simbiosis entre medios de comunicación y la sociedad”.
Relación con empresarios de medios, no con periodistas
El experto en temas de autoprotección para periodistas, afirmó que a dos años de gobierno del actual mandatario poblano, encuentra un intento de relación de Rafael Moreno Valle, con los empresarios de los medios de comunicación poblanos, pero no con los periodistas, porque se va por la parte más cómoda y práctica, que es la publicidad, “y eso no está mal, no es ofensivo, el problema es cuando es el único que paga la publicidad, porque eso compromete el trabajo editorial, entonces hay un intento de llegar a un acuerdo sano, como cualquier gobernante lo hace en otras partes del mundo, de comprar a los empresarios, para que sus medios no lo golpeen, pero no hay una relación del gobernador Moreno Valle con la prensa poblana”.
El problema que encuentra Solís Álvarez en esa situación, es que además de los boletines y los desplegados, en los medios de comunicación poblanos, difícilmente se ven las contra-historias, no están las críticas periodísticas documentadas sobre excesos de corrupción, de inflación de costos de la obra pública, no se sabe quién le da obra pública al gobierno del estado.
Es por eso, que en la actualidad poblana, no existe mucha información sobre la quiebra de muchos municipios, por lo tanto, el divorcio entre el gobierno del estado y los periodistas, “que no con los empresarios de los medios”, afecta directamente a la sociedad poblana, que no tiene la manera de recibir un derecho fundamental, que es el derecho a la información.
Puebla en el contexto nacional
Puebla es un estado interesante, agregó Solís Álvarez, por su ubicación geográfica muy particular, porque está entre la capital del país y el sureste mexicano, es la puerta hacía esa región, por lo tanto, pareciera un empaque o un colchón que hace que los problemas del sureste no lleguen a la capital y viceversa, “es un amortiguador y eso aplica en todos los rubros”.
Es por eso que afirmó que el clima de violencia contra los medios de comunicación, es brutal, donde solamente Oaxaca y Veracruz tienen altos indicadores de agresiones contra periodistas, pero la dinámica de Puebla no está alejada de esa situación, porque comparte espacios territoriales con muchos Estados y aunque parecía que Puebla era un remanso, donde las agresiones contra periodistas no era un tema preocupante, vinieron sexenios que hicieron voltear los ojos para la entidad.
Las agresiones contra periodistas, no se notaban en Puebla, reiteró Andrés Solís Álvarez, hasta que reventó el escándalo de la red de pederastas con el gobernador Mario Marín Torres, “pero no porque no se registraran, simplemente porque no se les daba importancia, pero hoy se documentan con mayor precisión las agresiones y ahí nos dimos cuenta que en Puebla hay un problema no ajeno a la naturaleza del país”.
Prueba de ello, es el control del gobierno del estado hacia la información que se maneja, porque la mayoría de los medios de comunicación son oficiosos y prevalece el control de la publicidad, “las amenazas y el hostigamiento hacia muchos periodistas, por la manera en que publican hacia cual o tal persona, salen los ataques directos hacia los personajes emergentes de la oposición”.
Sin embargo, dijo que el desarrollo político del país, abre un panorama distinto en la manera de hacer periodismo, “y qué fue lo que pasó, que la democracia avanzó, las organizaciones sociales avanzaron, las universidades avanzaron, se volvieron espacios de reflexión y los medios se quedaron en lo mismo, en el boletinero, en el corre ve y dile, en la nota policiaca mal reporteada, no nos profesionalizamos, los medios y los periodistas no avanzamos en el desarrollo profesional y eso en automático nos volvió vulnerables” y esa vulnerabilidad se acentúa, cuando la publicidad deja de ser un asunto meramente comercial.
Los periodistas y los medios de comunicación, agregó el asesor en auto-protección para periodistas de la Casa de los Derechos del Periodista, quedaron en situación de vulnerabilidad “porque nadie se subió al tren de la modernización, seguimos haciendo las cosas cómo pensamos que tenían que ser, te madreo para ver qué consigo, te golpeteo y acuso falsamente de corrupto para que pagues publicidad y mi medio se beneficie”.
Lo que viene
En ese contexto, la perspectiva de Andrés Solís Álvarez, es que debe prevalecer mayor complicidad entre medios de comunicación y periodistas, porque en otros países del mundo, si se agrede a un periodista, la gente sale a las calles a protestar y en México eso no pasa, pero la sociedad tiene que aprender a reconocer el trabajo de sus periodistas y reclamarles.
Porque el gobierno puede recortar publicidad, pero la sociedad reconoce cuando haces una labor informativa eficiente y de calidad, pero también demuestra que si tienes “una historia bien pedorra”, entonces no te lee y si no hay lectores no hay medios de comunicación, “y no importa quien pague la publicidad, la sociedad tiene que exigir a los medios mejor información, porque cuando se recupere el binomio sociedad–periodista, los gobiernos no tendrán de otra, más que someterse a los designios de esa sociedad, ser más democráticos, para que los ciudadanos le crean”.