Fue un largo punto 9 en el orden del día. A pesar de que fue una reforma aprobada ya por el Congreso federal y el Ejecutivo permanente de los estados, los diputados locales se atoraron durante más de dos horas en una maratónica discusión.
Los diputados aprovecharon para volcar sus filias y fobias en la reforma educativa.
Los legisladores del Panal, Víctor Hugo Islas, Guillermo Aréchiga Santamaría, Hugo Alejo Domínguez y Enrique Nácer subieron en varias ocasiones a defender su posición.
Los diputados del PT, y Movimiento Ciudadano se sumaron al rechazo a la reforma.
Diputados del PAN y el PRI defendieron las bondades de la reforma.
En una sesión intensa, acalorada, donde privaron los abucheos, las mentadas desde galería, la votación fue de 31 votos a favor, ocho en contra y dos abstenciones.
Mientras se desarrollaba la votación, los líderes magisteriales y la cúpula del sindicato, secciones 51 y 23, entonaron, en un hit patriótico, el himno nacional.
Al término de la votación, los profesores del SNTE prometieron venganza en las urnas.
“Nos vemos en las urnas”, fue la advertencia al PRI y al PAN por aprobar la reforma educativa en el Congreso de Puebla.
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El diputado del Panal, Guillermo Aréchiga Santamaría, tildó la reforma educativa de “limitada y regresiva que atenta contra los derechos de los maestros”.
La principal crítica del Panal fue que la reforma recae únicamente sobre los maestros sin tomar en cuenta otros factores del sistema educativo haciendo caer todo el peso del sistema educativo sobre los trabajadores de la educación cuando existen otras condicionantes.
Por el contrario, los defensores de la reforma refirieron que la reforma no ataca los derechos de los maestros sino que coloca los cimientos para avanzar en la modernización del sistema educativo nacional.
En su crítica a la reforma educativa el exdirigente sindical dijo: “El sistema educativo nacional es el resultado de muchos factores rechazamos que como se ha generado en los últimos años se quiera señalar a los maestros como los únicos responsables de la calidad educativa”.
Además, en contra de la reforma educativa también se pronunciaron los diputados del Partido del Trabajo (PT), Zeferino Martínez y el legislador del Partido Movimiento Ciudadano, José Juan Espinosa Torres, quien a pesar de rechazar la reforma criticó el cacicazgo de la cúpula del SNTE en torno a la reforma.
El petista Zeferino Martínez se mostró solidario con los profesores del SNTE. Los convocó a movilizarse en contra de la política de privatización del gobierno federal.
Con su oratoria revolucionaria, Martínez los animó a “atrincherarse” y salir a las calles a protestar.
"Los convocamos para que empiecen a atrincherarse para defender la educación gratuita, porque sí hay un hombre que no sabe ni el nombre de tres libros y quiere acabar con la educación gratuita, hay que manifestarnos."
Desde las galerías dirigentes de la cúpula del SNTE le recriminaba a los diputados su respaldo a la reforma educativa.
La gritería estuvo a la vista, intensa.
Desde las galerías los profesores interpelaron al diputado priista, Lauro Sánchez, quien intentó explicar las bondades de la reforma educativa. Pero sus argumentos fueron desoídos por los profesores.
El clima era tenso. Los diputados del Panal pasaron de los argumentos del maestro y exlíder del SNTE, Guillermo Aréchiga Santamaría, coordinador de los diputados del Panal en el Congreso local a los exabruptos de sus compañeros cuyas reiteraciones verbales exacerbaban a los maestros.
“En Nueva Alianza decimos sí al censo de escuelas y maestros; en Nueva Alianza decimos sí al concurso para el ingreso al servicio docente, porque queremos que los mejores aspirantes de hoy sean los mejores maestros del mañana; en Nueva Alianza decimos sí a los ascensos por concurso de oposición, porque esto nos permitirá encontrar los mejores liderazgos pedagógicos para dirigir los proyectos escolares.”
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“Qué cinismo”, le gritaron a Sánchez. “Precioso”, “marinista", fueron otros calificativos con que los profesores tildaron al diputado del PRI Lauro Sánchez.
A pesar de las descalificaciones que lanzaban los profesores en contra del presidente de filiación priista, Enrique Peña Nieto, o las invectivas en contra del priista lanzadas por los diputados del Panal, los diputados del tricolor ni se inmutaban. Ningún legislador del expartidazo salió a defender al presidente de la República, Enrique Peña Nieto.
Los profesores desplegaron cartulinas y pancartas en contra de la reforma educativa.
El diputado del Partido Movimiento Ciudadano, José Juan Espinosa Torres, criticó las prebendas de los dirigentes magisteriales, aunque reprobó la reforma: “Estas canonjías no se tocan con la reforma educativa”.
Además, Espinosa Torres calificó de “líderes patito” a los dirigentes magisteriales en galería como el líder del Sindicato de Trabajadores del Colegio de Bachilleres del Estado de Puebla, Ricardo Ordaz.
“Son unos gatilleros de la democracia”, cimbró Espinosa con sus calificativos a los dirigentes magisteriales locales.
El ánimo de los profesores estaba enardecido luego de la intervención de Espinosa Torres.
Por parte del PAN, Jesús Zaldívar salió a la defensa de la reforma educativa. La diputada del PAN, Denisse Ortiz Pérez, les pidió mesura a los profesores y les recordó que su comportamiento había sido grabado.
Algunos profesores prorrumpían en insultos en contra de los legisladores del PRI que apoyaban la reforma educativa.
Los diputados del PRI Gerardo Mejía Ramírez, Jorge Luis Coriche Avilés y José Lauro Sánchez López, recibieron desde la tribuna los abucheos de los profesores por anunciar el respaldo del grupo parlamentario priista a la reforma educativa.
Los diputados del tricolor defendieron el sentido social de la reforma educativa en Puebla porque en ningún momento atenta en contra de la educación pública, ni en contra del magisterio, sino por el contrario trata de redefinir y poner los factores de la educación en las manos de los maestros para que nos garanticen que se mejore.
La bancada del tricolor adujo que dicho ordenamiento permitirá el fortalecimiento del Sistema Nacional de Evaluación Educativa, partiendo del sistema creado en el 2002; además de otorgar autonomía constitucional al Instituto Nacional de Evaluación de la Educación, permitiendo que sus resultados y evaluaciones no puedan ser cuestionaos por una supuesta falta de objetividad, debido a su integración plural y colegiada, resultado de un proceso de elección en el que participan todas las fuerzas políticas.