El titular de la SEP poblana, Luis Maldonado Venegas, encabezó la ceremonia por el aniversario luctuoso de Francisco I. Madero y José María Pino Suárez, a 100 años de la masacre ordenada por el general Victoriano Huerta, en la que destacó que aquellas muertes ominosas fueron la culminación de un “cuartelazo”, de un golpe de Estado, de una enorme traición, pues el que era el ministro de Guerra en el gabinete de Francisco I. Madero lo traicionó y finalmente asumió la Presidencia de la República después de haber efectuado en el Congreso de la Unión un teatro montado, donde se designó en sustitución del presidente Madero a Pedro Lascuráin, que duraría en el ejercicio de su cargo 45 minutos, los suficientes para designar en la función de gabinete a Victoriano Huerta.

“Más allá de los textos gloriosos, odas de los poetas que evocan mitos y leyendas de grandes héroes, son los héroes verdaderos, estos héroes encarnados que con su ejemplo nos trazan y nos abren caminos de cambios y transformación, los que nos dejan una vibrante y permanente lección en nuestras vidas”, apuntó Maldonado Venegas.

El titular de la SEP poblana, hizo un llamado a las generaciones maduras y nuevas a recordar este día a quien trazó el camino de la democracia en México, a quien abrió aquel frente de lucha con una visión extraordinaria, porque recordar a Francisco I. Madero es recordar precisamente a uno de los héroes encarnados que sigue vivo porque está presente en el sentir de la memoria colectiva de la sociedad, “que su ejemplo debe seguir siendo para toda la población una lección vigente en el diario acontecer, una visión que debe seguir inspirando ese sentimiento de lucha por mejorar cada día, a la patria que nos fue legada a los mexicanos”.

La memoria histórica, fundamental para el país
La memoria histórica es fundamental para un país, porque si se aprecia lo que se tiene y cómo se logró habrá suficiente interés y empeño por defenderlo y conservarlo, afirmó el maestro en Historia José Carlos Blázquez Espinoza, quien consideró que mas allá de una historia maniquea de buenos o malos, lo que se debe recordar son los procesos y la importancia que tienen para el país.

Uno de estos procesos, dijo el profesor investigador de la Facultad de Filosofía y Letras (FFL) de la UAP, fue la llamada “Decena Trágica” que tuvo como consecuencia el asesinato de Francisco I. Madero y José María Pino Suárez, hecho que se suscitó la noche del 22 de febrero de 1913.

El historiador recordó que este suceso acaecido hace cien años tuvo lugar del 9 al 18 de febrero de 1913 en la ciudad de México, con el fin de derrocar al entonces presidente Francisco I. Madero que había despertado un conjunto de expectativas en diferentes sectores de la población que no veían satisfechas sus demandas.

La posición moderada y conciliadora que tomó con los porfiristas desalentó a quienes esperaban transformaciones radicales con su llegada a la Presidencia y durante los 15 meses que duró su gobierno surgieron rebeliones armadas, huelgas, conspiraciones e intrigas contrarrevolucionarias.

Entre quienes se sintieron defraudados y traicionados por Madero estaba Emiliano Zapata, quien se levantó en armas con el Plan de Ayala exigiendo el cumplimiento de restitución de tierra a los campesinos.

Se inició cuando un grupo de disidentes comandado por el general Manuel Mondragón se levanto en armas para poner en libertad a los generales Bernardo Reyes y Félix Díaz que estaban presos.

El 17 de febrero se destituye al presidente Madero y al vicepresidente José María Pino Suárez, quienes son apresados y obligados a renunciar al día siguiente, son detenidos y se les mantiene en la intendencia del Palacio Nacional. El 20 de febrero mediante maniobras ilegales Victoriano Huerta es designado presidente.

La noche del 22 de febrero de 1913 Madero y Pino Suárez son sacados del Palacio Nacional con el supuesto fin de llevarlos a la penitenciaría de Lecumberri. Sin embargo, al considerarse que mientras estuviera vivo no se reconocería la presidencia de Huerta y a pesar de las gestiones del embajador de Cuba en México para que salieran del país rumbo a la isla caribeña, en el trayecto se simuló un ataque y los prisioneros fueron asesinados.

La “Decena Trágica”, comentó Blázquez Espinoza, “nos deja un conjunto de enseñanzas atroces y la muestra de que “cuando hay intereses creados no se puede ejercer la democracia como debiera ser”.

Recordarla, aseguró, es importante porque fue el punto de partida para lo que sería la fase armada de la Revolución mexicana y posteriormente la aprobación de la nueva Constitución Política de 1917, que contiene derechos importantes como el de la educación laica y gratuita, dotación de tierras y el derecho al trabajo, logros importantes que deben defenderse.