El representante del Movimiento de Izquierda Progresista, Armando Méndez Romero, anunció que para el día de la elección no se permitirá que haya la compra del voto, y van a estar pendientes para denunciar cualquier irregularidad, toda vez que la ultra derecha del Partido de la Revolución Democrática sigue las indicaciones de Casa Aguayo.

Méndez Romero aclaró que en este proceso sí hay un candidato de izquierda y se llama Enrique Agüera Ibáñez, y demandó a los perredista analizar las propuestas que tienen el verdadero sentido social y que no van con la compra de votos, como lo hacen los candidatos de Puebla Unida.

En entrevista, el dirigente indicó que se está dando un derroche de recursos, como los regalos que da el candidato a diputado Jorge Aguilar Chedraui, quien desde hace tiempo ya rebasó el tope de gastos de campaña pero regala pantallas planas y hornos de microondas, y la misma situación se presenta en otros distritos, donde a la falta de propuesta intentan comprar el voto.

Méndez Romero cuestionó que estas prácticas sean aplaudidas, cuando antes eran condenadas por el perredismo en general —cuando las realizaba el Revolucionario Institucional—, quienes ahora se aliaron con el PAN e ignoran que están favoreciendo una elección de Estado.

Recordó que desde hace tres años un sector del PRD se opuso a que Rafael Moreno Valle fuera el candidato a la gubernatura, e incluso se buscó la expulsión, pero se ganaron los casos ante los tribunales, ya que la militancia demostró con hechos de que ellos eran los dirigentes que estaban traicionando los principios ideológicos del partido.

Advirtió que el 7 de julio los poblanos deben estar atentos, ya que en una elección de Estado se buscará arrebatar el triunfo al verdadero candidato de la izquierda, que es Enrique Agüera Ibáñez, por lo que van a estar cuidando los principales puntos donde operarán las “mapacheras”.

Armando Méndez advirtió que quienes estuvieron en los eventos de Jesús Zambrano en Puebla eran panistas a quienes les prestaron una playera amarilla, una vez que un perredista serio no avala esa coalición.