Al asegurar que el reparto de apoyos, despensas y recursos económicos ya se observa en las colonias, unidades habitacionales y juntas auxiliares del estado de Puebla, el analista político Paulino Arellanes Jiménez aseguró que en la búsqueda del triunfo electoral el 7 de julio los partidos políticos y las coaliciones utilizarán el hambre como bandera política para ganar el mayor número de sufragios de los ciudadanos poblanos, “lo que veremos seguramente serán votos de hambre, porque desafortunadamente los ciudadanos tienen muchas necesidades”.

Ante eso, recordó que la lucha contra el hambre —proyecto de las autoridades federales y bien retomado por el gobierno del estado de Puebla, encabezado por Rafael Moreno Valle— implica lucrar con el hambre de miles de ciudadanos, “porque estamos hablando de más de 50 millones de habitantes del país y del estado de Puebla que viven en condiciones de pobreza, entonces se lucra y se seguirá lucrando con eso”.

Para el politólogo de la máxima casa de estudios del estado de Puebla, en el país y en la entidad poblana no se va a reducir el hambre mientras las autoridades no quieran cambiar la política económica, que es la base de todos los males de los ciudadanos desde hace más de tres décadas.

El investigador afirmó que cambiar la política en todos los rubros depende de la voluntad de los gobernantes para impulsar una política social de Estado, una política económica distributiva, equitativa y no concentradora de la riqueza, “pero además que no se permita la liberalización absoluta de la moneda, que es lo que hemos visto en los últimos 30 años” porque, sin eso, naturalmente el hambre va a seguir y se mantendrá creciente.

En el estado de Puebla —dijo el investigador— prevalecen las políticas asistencialistas, que solamente logran solventar la problemática por un rato, pero no llegan a la raíz del problema, por eso reiteró que la compra de los votos ya se percibe en las diferentes regiones de la ciudad de Puebla. “Vemos que el recurso comienza a regarse supuestamente para apoyos a las comunidades, pero es para asegurar los votos y eso es seguro que sucederá el próximo 7 de julio”.

El dinero de los ciudadanos —ratificó el investigador de la universidad estatal poblana— se reparte desde los gobiernos y desde los partidos políticos de una manera escandalosa, y eso se verá el domingo de las votaciones. “Es una lucha en donde los dineros de la coalición Puebla Unida provienen del gobierno del estado y del Partido Acción Nacional principalmente, y los de la alianza 5 de Mayo llegan del gobierno federal”.

La observación
“La compra del voto, prueba de ello es el caso veracruzano que salió a la luz porque no nos quedaba de otra, pero eso sucede en todos los estados que tendrán elecciones, será un tremendo despilfarro de apoyos financieros, de dinero, de recursos, que son producto de los impuestos de la sociedad y de la población en general”, señaló Paulino Arellanes.