“Ni un paso atrás, ¿me oyeron? Ni una vuelta en U”, advierte el candidato de la coalición Puebla Unida, Tony Gali Fayad.

Desde la Plaza de la Victoria, Gali cierra la campaña ante cientos de seguidores.

La masiva concentración sólo toma sentido cuando se observa desde una toma área. A ras del piso sólo hay apretujones.

Al llegar a la Plaza de la Victoria, Tony Gali, el candidato de Puebla Unida, recorre saludando entre la multitud hasta que por fin sube al templete.

Las sombrillas de la coalición Puebla Unida, souvenirs de la alternancia democrática, diseñan el paisaje del cierre de campaña en la explanada.

Los Azkis amenizan el ingreso a la plaza, luego los discursos: del panista Luis Alberto Villareal, del gobernador de Morelos, Graco Ramírez, y del candidato de la coalición multicolor, Tony Gali Fayad.

De nuevo la música. Ambientado y feliz, dando gracias a Dios, el candidato de Puebla Unida canta una canción. Luego, la Banda Limón; luego, desde ciudad Netzahualcóyotl, Aarón y su Grupo Ilusión, la cumbia con su toque democrático.

La gente ondea sus sombrillas multicolores. Parejas se animan a bailar. Se regalan paletas, bolsas de chicharrines, sombrillas, botellas de agua, muñecos con la figura del candidato.

El acceso a la Plaza de la Victoria es tortuoso y muy vigilado. Unos 20 uniformados escudriñan el cruce de los asistentes al acto de campaña. Familias enteras, con playeras y lunches, llegan en camiones a Los Fuertes. Otros cuantos en sus propios coches saturan el poco estacionamiento disponible.

En los derredores de la zona de Los Fuertes, el verdadero backstage del mitin: cientos de camiones desfilan en un tráfico lentísimo.

El acceso para los “invitados especiales” es fluido. A diferencia de las masas que poblarán el mitin, los VIP ingresan a un costado del templete, se toman fotografías con sus Iphones y las tuitean; los invitados, identificados por unos “colguijes” naranjas, viajan en autobuses de gran turismo o llegan en sus camionetas Suburban.

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El candidato de la coalición Puebla Unida agradece a los diversos sectores sociales su respaldo.

La Plaza de la Victoria se pinta de los colores de la coalición Puebla Unida. Un helicóptero sobrevuela el mitin para tomar fotografías aéreas de la concentración masiva.

La maestra de ceremonias ordena a los asistentes que cubran los huecos vacíos.

Los Azkis animan al público. La gente se amontona frente a un camión de donde se bajan costales de churritos. La gente se agolpa por sombrillas o por lo que regalen.

—¡Que vayan avanzando!— les ordena uno de los hombres de “logística”.

En el templete, los contrarios se armonizaron o por lo menos aguantaron para la foto y los discursos.

El panismo tradicional convivía con el priismo del sexenio pasado. “La Doña”, Ana Teresa Aranda, quien denunció los fraudes electorales del PRI durante el sexenio de Bartlett, y de otra generación la exregidora y militante priista Socorro Figueroa, por ejemplo. La izquierda modosita, “Chucho” Ortega, con la panista del calderonismo Cecilia Romero.

Y de ahí las adhesiones que en el pasado sonaban imposibles ahora se vuelven parte de la clase política local para impedir “la vuelta en U”.

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Gali Fayad encontró en el templete el respaldo de los principales partidos de la coalición. Por parte del PRD, su exdirigente nacional, Jesús Ortega Martínez, y el gobernador de Morelos, Graco Ramírez; del coordinador de los diputados del PRD, el poblano Luis Miguel Barbosa Huerta, y la delegada nacional Martha Dalia Gastélum, que en 2012 dejó ir el triunfo de los candidatos a diputados del PRD en la capital.

Tampoco faltan los militantes añejos del panismo, como el derechista Jorge Ocejo, presidente de la Organización Demócrata Cristiana de América (ODCA); y Cecilia Romero, secretaria general del CEN del Partido Acción Nacional (PAN).

Ni los exsecretarios del sexenio pasado como, Javier Lozano Alarcón, hoy senador de la República y vocero de la coalición, que con sus hachazos verbales machacó al oponente de Gali durante toda la campaña en interminables ruedas de prensa.

La Banda Limón deleitó a a la multitud luego de los discursos políticos.

En pleno discurso, la gente agitaba sus banderas.

El ascenso a Los Fuertes se volvió tortuoso. En lugar de tomar algún camino rápido, los camiones tomaron una ruta para ingresar a la Plaza de la Victoria, obra inaugurada en los festejos del 5 de Mayo del año pasado.

Del bulevar 5 de Mayo —a la altura de Palafox y Mendoza— a la plazuela, un tramo de apenas 5 kilómetros, se llegaba en unos 40 minutos.

Desfilaron lo mismo las figuras del panismo old fashioned, como el excandidato a la gubernatura Francisco Fraile García, que en 2004 realizó concentraciones modestas sin el lujo de la movilización (leáse “acarreo”) del panismo multicolor del presente.

El alcalde de la ciudad de Puebla, Eduardo Rivera Pérez, y su esposa, Liliana Ortiz, ocupan su lugar en el templete, sin hacer aspavientos.

El mitin es una Babel ideológica en la zona VIP: priistas descontentos con su partido, yunquistas contentos con su alcalde y con sus posiciones en la planilla de regidores y en las pluris, panistas de la Ancifem, wannabes de la burocracia, egresados fast track bostonianos, izquierdosos modositos.

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Cientos de sombrillas con los colores de la coalición Puebla Unida pintaron la explanada de la Plaza de la Victoria.

El acto recordaba más bien un acto del viejo-nuevo PRI peñanietista en sus actos de campaña de 2012, esmerado, con diferentes niveles de acceso, con una grúa para las tomas, que a los añejos mítines de la oposición PAN-PRD en sus años de incipiente lucha democrática.

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Después de un anti-climático Luis Alberto Villareal García, diputado federal del PAN, el gobernador de Morelos, único gobernador en el acto, dice: “Tony representa el proyecto de la gente. Desde hace tres años con Rafael Moreno Valle en Puebla empezó el cambio político. Hay que dar el último jalón, no hay que bajar la guardia”.

El candidato de la coalición Puebla Unida señala: “Esto no es una batalla, la batalla y la guerra se ganaron en 1862, hoy vamos a esta fiesta democrática, a esta fiesta civil por el ser humano, a este compromiso el 7 de julio para votar por Puebla Unida y por Tony Gali”.

La Plaza de la Victoria, territorio emblemático para el morenovallismo, obra construida en la remodelación de la zona de Los Fuertes para el festejo del 150 aniversario de la Batalla de Puebla.

El candidato de la coalición aprovechó para señalar su capacidad de realizar obras y de trabajar.

“Yo no me rajo, a mí no me tiembla la mano para trabajar. Esta es la prueba, una zona olvidada, una zona abandonada por 40 años, rescate del orgullo de Puebla.”

Gali Fayad señaló: “Hoy estamos los convencidos y quiero que de aquí al 7 de julio convenzamos a aquellos que todavía están indecisos, aquellos que no tienen partido. Agradezco a todos aquellos que se han venido uniendo, gracias a mis gentes del PRI que se vinieron a Puebla Unida, nosotros tenemos a todos, por eso ya ganamos, se siente en el ambiente, en sus corazones”.

El candidato externa, echado para adelante: “Vamos a conseguir una victoria limpia, transparente y contundente. Vamos a ganar con la fuerza de la ley y con el apoyo del voto ciudadano. Vamos a ganar ampliamente para cerrarle paso al chantaje, la provocación o la intimidación. Vamos a ganar para que Puebla esté más cerca de sus sueños y aspiraciones.

”Ni un paso atrás, ¿me oyeron?, ni una vuelta en U. Vamos a seguir construyendo el futuro. Juntos vamos a hacer de Puebla el corazón de México.

”Esta es la Plaza de la Victoria y aquí ya ganamos, la gente se emociona. No tengo la menor duda”, apela Gali a la simbología urbana.

Gali advierte: “Este 7 de julio que no nos intimiden los que han venido de fuera.

”Esta elección no viene de ningún otro estado: les digo que luchemos con la fuerza de todos porque con la fuerza de Puebla para Puebla, lo mejor está por venir”, culmina el candidato con el agregado de la campaña de la coalición Compromiso por Puebla de 2010.

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Una vez que terminó de cantar el candidato de la coalición Puebla Unida, los dirigentes de los partidos que forman la coalición abandonaron el escenario.

Los perredistas Graco Ramírez, Luis Miguel Barbosa Huerta, Jesús Ortega y los perredistas locales Arturo Loyola y Julián Rendón se tomaron la foto.

La secretaria general del CEN del PAN, Cecilia Romero, llegó barrida cuando el diputado Villarreal había dado su discurso.

El mensaje del candidato es concreto pero la gente prefiere aplaudirle al candidato, acompañado de su familia.

Cuando Gali va mencionando a sus invitados los asistentes lanzan tímidas porras y aplauden poco; ya encarrerada la gente, el candidato prende al auditorio.