En Puebla, la Alerta Amber, creada para la localización de niños desaparecidos, se encuentra a medias al carecer de convenios de colaboración o vínculos entre autoridades y sociedad, como marcan los protocolos.
Para muestra un botón. Desde el pasado miércoles 24 de julio el niño Leobardo Miguel Cortés, de 13 años de edad, desapareció de su casa en Atlixco. Ante la falta de información la madre acudió apenas este sábado a denunciar el hecho.
Pero el Ministerio Público (MP) en lugar de emitir la alerta o montar un operativo de localización, puso a la madre a buscar en hospitales, comandancias policiacas e incluso mandarla a Puebla a Locatel.
Aparte del caso de Leobardo, en los últimos meses en Puebla, dos niños fueron robados: Kevin de Jesús, de 2 años de edad y María Fernanda, de 4 años. En ambos se emitió la alerta, pero a ninguno se localizó.
En Puebla, dicha estrategia para la localización inmediata de niños extraviados y en peligro sólo se está realizando entre autoridades sin pedir apoyo a la sociedad, como taxistas, centrales camioneras, como lo contempla el protocolo.
Sólo en algunos casos se ha informado a los medios de comunicación de las desapariciones, emitiendo retratos y características de los menores buscados.
La Procuraduría General de Justicia de Puebla (PGJ) informó que ha emitido 13 alertas Amber donde se han localizado en la mayoría de los casos a menores de edad que se fugaron de sus casas por propia iniciativa.
La alarma en el caso de Kevin de Jesús se emitió cinco meses después de haber sido robado de las manos de su madre, y la hizo la Procuraduría General de la República (PGR) y no la de Puebla.
En últimos dos años y medio, en todo el estado de Puebla cifras oficiales entregadas por la Ley de Acceso a la Información señalan que han desaparecido más de 200 menores de edad, 90 de ellos aún no se localizan.
De estos menores 17 son niños, entre ellos dos bebés de dos meses de nacido, un pequeño de un año, dos más de 2 años de edad, tres niños de cuatro años de edad, otros dos de 5 y 7 años y dos de más 10 años y cinco pequeños de 12, sin contar a Leobardo.
Caso Leobardo
El caso de Leobardo muestra la situación precaria de Alerta Amber en Puebla, ya que no existe suficiente información para que ciudadanía acuda a las autoridades en las primeras horas de desaparecido el menor.
En este caso, los familiares por cuenta propia iniciaron la difusión de la desaparición por redes sociales, sin ningún apoyo de la PGJ.
Leobardo Miguel Cortés Neocelo, de 13 años de edad, salió de su casa ubicada en la colonia Prados de León, en el municipio de Atlixco el pasado miércoles a las 18 horas para ir a jugar con sus amigos, pero ya no regresó.
Su mamá, Gloria Neocelo, relató en entrevista a Intolerancia Diario que tenía la esperanza de que regresara pero la ignorancia de que existen alertas para localización de menores la hizo esperar hasta este sábado para acudir al MP a denunciar la desaparición.
En este lugar la agente ministerial en lugar de apoyar o emitir una alerta Amber de manera inmediata, le dijo que mejor primero se pusiera a buscar en hospitales, comandancias o hasta en los panteones, antes de poner la denuncia.
“Me mandaron a mí a Puebla a Locatel o algo así, pero ya salí de la MP tarde, entonces ya no pude ir, anoche mi nuera subió fotos al Facebook.”
—¿En el Ministerio Público tardaron en atenderla?
—No, pero primero me mandaron a la búsqueda.
—¿Quién la mandó?
—La licenciada que me tomó los datos y todo eso me mandó al hospital, comandancia, a todos los lugares que hay aquí, hasta al panteón fuimos, como no hubo nada ya volví a regresar a la MP para dar ya los requisitos.
—¿A usted la hicieron buscarlo, las autoridades no desplegaron ningún operativo ni nada?
—No.
—¿Le dijeron que viniera a Puebla?
—Sí, me dieron la dirección y todo, que viniera a Locatel para que su foto fuera transmitida en televisión, pero ya no pude ir porque era tarde.
“Por eso ayer fui con mi nuera para que subiera la foto por internet, para que la gente lo viera y pudiera comunicarse con nosotros.”
—¿En el MP le dijeron que iban a emitir alguna alerta?
—Sí, dicen que iban a hacer eso, me pidieron fotos, que las iban a pegar, ya incluso pegamos unas aquí en el centro y unas se le quedaron a ella (la ministerio).
Sólo por medio de las redes sociales Twitter y Facebook los familiares por cuenta propia empezaron a difundir la fotografía del menor, con sus datos generales, como detalles de su vestimenta y teléfonos para información.
Incluso la cuenta de Twitter Alerta Amber Ciudadana (@AlertaAmberCiu), que divulga casos de desaparición a nivel nacional, publicó el caso de Leobardo.
Esta cuenta fue creada para difundir la alarma y los casos de menores ausentes y orientar a las familias en caso de tan desagradable suceso, se explica en la red social.
Hasta el cierre de esta edición la PGJ no ha informado a los medios de comunicación de la desaparición del menor.
Caso María Fernanda
A finales de marzo de 2013 en San Andrés Cholula fue sustraída la niña María Fernanda Morales Arciga, de 4 años de edad, cuando jugaba en el patio de su casa con sus hermanos.
El domingo 31 de marzo al filo de las 16 horas María Fernanda se quedó en su domicilio en compañía sólo de sus dos hermanos, de 6 y 8 años.
Al anochecer, sus padres al regresar se toparon con la sorpresa de que María Fernanda no estaba.
Informaron a las autoridades que un hombre entró a su casa aprovechando que el portón se encontraba abierto, sustrayendo a la menor, según contaron los hermanitos.
Un sujeto de aproximados 1.65 metros de estatura, de entre 35 y 40 años de edad, de complexión regular, sin cabello, barba “de candado”, tatuajes en el cuello y nuca se la llevó caminando.
Las características de María Fernanda Hernández Arciga son las siguientes: de 4 años de edad, un metro de estatura, complexión delgada, tez morena clara, como seña particular tiene una cicatriz circular en el cuello y otra a la altura del ombligo por quemadura.
Vestía blusa rosa con estampado de corazones, pantalón de mezclilla morado, huaraches blancos, un collar rojo de listón con triángulos en color blanco.
En este caso, la PGJ emitió la alerta Amber donde pidió la colaboración de la ciudadanía y los medios de comunicación. Desafortunadamente no se ha localizado a la menor hasta la fecha.
Caso Kevin
Kevin de Jesús Herrera Ramírez, de 2 años de edad, fue raptado el 19 de diciembre de 2012 sobre la 24 Sur, a la altura de Circunvalación, en San Manuel —frente a Ciudad Universitaria— en la ciudad de Puebla.
El pequeño fue robado mediante engaños y a mano armada, asegura su mamá Vitalba Ramírez Ramírez.
Según la mamá y el Instituto de Investigaciones Legales para el Bien Común de la Humanidad (IILBCH) nunca se activó la alerta Amber de manera inmediata.
Sólo fue hasta cinco meses después, cuando la mamá acudió a dicho organismo civil pidieron a la Procuraduría General de la República que se emitiera una alerta.
“La negligencia es terrible al no activarse la alerta Amber, la mama llega corriendo a la agencia de Ministerio Público del bulevar Valsequillo gritando que le robaron a su hijo, pero la Procuraduría nunca activó la alerta”, señaló Jenny López, representante del IILBCH.
Detalló que la negligencia fue tal de la agente del MP la hizo esperar de 20 a una horas para tomarle su declaración, ya que había gente esperando antes que ella.
En tanto, con apoyo del IILBCH, la mamá de Kevin imploró ayuda a la ciudadanía por medio del canal “Infantes desaparecidos” en YouTube: http://www.youtube.com/watch?v=de1D5y8AExs.
“Soy Vitalba Ramírez Ramírez, mamá de Kevin de Jesús Herrera Ramírez, ciudadanos, señoras mexicanas, les pido de favor que me ayuden a encontrar a mi hijo. El día 19 de diciembre del 2012 me robaron a mi hijo de mis manos.
”Les pido que me ayuden a recuperarlo, yo ya hice mi denuncia ante el Ministerio Público y hasta ahorita no ha habido ninguna respuesta, entonces ustedes son mi única esperanza.
”Y les pido de favor que circulen la foto de mi hijo Kevin de Jesús Herrera Ramírez.”
Puebla a medias
En Puebla no se han firmado los protocolos de Alerta Amber, sin embargo esto no ha impedido que se trabaje, según Octavio Vázquez Jiménez, titular y coordinador de Alerta Amber Puebla.
Indicó que se trabaja sobre ese protocolo, se meten a muchas autoridades como Secretaría de Seguridad Pública, Gobernación, Salud, Educación Pública (SEP), PGJ y diferentes ayuntamientos.
Existen unas cartas de adhesión para el protocolo, por ejemplo en el que se pretende inmiscuir a la sociedad, como centrales de taxis u organismos no gubernamentales (ONG), indicó.
“Llevamos 13 alertas, tenemos nada más una que no se ha localizado el menor, en el caso de María Fernanda”, señaló el funcionario, aunque al poco rato afirmó que también hubo alerta en el caso de Kevin, donde tampoco se ha localizado al niño.
—¿De las 13 alertas, qué pasó con los menores?
—Tenemos de todo, desde niñas que se han ido a Veracruz, Oaxaca, Tlaxcala, al Distrito Federal.
—¿En el caso de Kevin?
—Kevin de Jesús, esa alerta Amber sí se hizo, inclusive a mí me llegó, no la inicia la PGJ, la inicia la PGR.
“En este caso en particular, cuando nos enteramos había pasado el tiempo que marca el protocolo, las cuatro horas, para iniciar la alerta Amber (…) independientemente de la alerta, se maneja una base de datos de personas no localizadas nacional con PGR.”
Explicó que la alerta dura de 24 a 48 horas, pudiéndose ampliar un poco más.
—¿Cuando se emite la alerta a la ciudadanía, ya están coordinados incluso con las ONG?
—No, con ciudadanía todavía no, pero sí hay algunas ONG o periodistas que están muy interesados en esto, un ejemplo en TV Azteca y algunos periódicos digitales, cuando sale una alerta Amber también se las compartimos.
“Es información netamente para la localización, no es información que se deba ocultar, al contrario, mientras más personas sepan mejor porque son más ojos buscando a ese niño.”
—¿Cuáles son las horas clave?
—Las primeras cuatro horas; de hecho lo dice el protocolo, el que habla de cuatro puntos medulares para emitir la alerta.
—Cuando se firme el protocolo con la ciudadanía, ¿qué se hará?
—Lo que viene es empezar a checar con ONG, algunas de búsquedas de niños, asociaciones de taxistas, microbuseros, centrales de autobuses, aquí no discriminamos, todos entran.
“El chiste de esto es tener un mayor número de personas informadas de la desaparición de menores, para que se localicen.”