El esperado debate entre el científico Richard Dawkins y el gurú Deepak Chopra, plato fuerte de la Ciudad de las Ideas, quizás el leitmotif de un desigual foro en el que las ideas fueron esperadas pacientemente, hasta que este sábado, en el cierre del encuentro, aparecieron al menos parcialmente.

En un reciclaje de la añeja disputa colonialista, el inglés VS el hindú, este sábado en el Complejo Cultural Universitario se reeditó la contienda en una versión televisada y con un público que aplaudió de manera dividida las posiciones del ilustrado inglés y científico promotor de la teoría evolucionista, Richard Dawkins, autor del gen egoísta, quien se confrontó con la posición del doctor hindú Deepak Chopra, promotor de las creencias en el mito de un universo integrado y con un propósito.

La vieja idea del ágora, disputas entre los creyentes en el poder del mito y los promotores de un mundo totalmente racional, se transformó en un diálogo de posiciones encontradas, es decir, un debate, a pesar del cuidado con que los organizadores organizaron previamente el encuentro. Aunque prácticamente el encuentro entre Chopra y Dawkins no añadió ningún nuevo argumento o algún matiz en la discusión vetusta entre sentido y sinsentido. El debate más bien mostró los tópicos en que se encuadra.

El estilo argumentativo de Dawkins, autor del libro El Gen Egoísta, claro y conciso, apelando a categorías de la ciencia, mostrando su conocimiento sobre diversas ramas de la ciencia. Mientras que Deepak Chopra, apelando al uso no literal del lenguaje, sino más bien metafórico, para explicar la propuesta del sentido del universo.

Para cualquier lector informado o para cualquier lector de la disputa entre sentido y ciencia, desde las primeras posturas, se pudieron inferir los derroteros del debate.

El auditorio reaccionó con un dejo de estupefacción. Entre los aplausos y el intento del moderador, que quiso pasar de animador del encuentro a moderador entre las posturas de Chopra y Dawkins, por que lo que importa en los debates son las emociones, el auditorio siguió con atención las posturas de los dos conferencistas sentados en sillones separados por el conductor de televisión Andrés Roemer.

El llamado “Encuentro del siglo” no añadió nada a las viejas discusiones entre las creencias y la ciencia.

Andrés Roemer presentó a Dawkins como el “pensador número uno del mundo”. Además, Roemer presentó a Dawkins como uno de los autores de best seller.

Chopra ha vendido más de 20 millones de libros en el mundo.
Chopra señaló que hay escuelas científicas que plantean que hay organismos sentientes en todos los niveles. “Darwin hizo la mejor contribución a la evolución de las especies. La evolución tiene un propósito, yo creo que sí, que la evolución tiene un propósito, como generar la máxima diversidad. Que la evolución de las especies no es más que la evolución de la conciencia. Somos los ojos del universo, ese es el propósito”, fue la participación de Chopra, que recibió un fuerte aplauso.

Dawkins respondió académicamente. O más bien esgrimió la conocida tesis de la confusión lingüística. El científico señaló que él respeta a los científicos serios que hacen un uso del lenguaje de manera correcto y de manera apropiada. Además, adujo que en sus intervenciones Chopra confundió dos categorías lógicas o niveles lógicos distintos: el de las propiedades de las cosas en el universo y de las propiedades del universo por sí mismo.

El moderador quiso también ser animador, en esas derivaciones en que la televisión vuelve un debate un espectáculo de la verdad: “¿Quiénes están de acuerdo que la vida no tiene un propósito sino la vida misma? Que griten: ‘Yo’?”.

La primera provino de Alain de Botton, filósofo suizo y speaker de la Ciudad de las Ideas en esta edición. “¿Es suficiente, simplemente no creer, en qué más puedo uno creer?”, fue la primera pregunta que lanzó el moderador. A lo que un relajado Deepak Chopra respondió diciendo que toda creencia es el resultado de la inseguridad. Chopra puso varios ejemplos sobre su aseveración.

El médico hindú, autor del libro Las Siete Leyes del Éxito Espiritual, planteó que el sentido del universo se puede ver desde arriba, que todos los organismos se dirigen o mueven hacia un propósito. Pero cuando se ve desde la teoría cuántica a los organismos, se percibe que se mueven sin ningún propósito.

Chopra planteó que hay una inteligencia organizada, una conciencia profunda, que cruza el universo a la velocidad de la luz.
El científico Dawkins respondió que parece que todos los organismos, hasta las bacterias, se comportan como si tuvieran un propósito, y rebatió que Chopra confundiera el propósito de los organismos vivos con el propósito del universo o el sentido del universo.

Aunque Dawkins consideró que puede considerarse que los organismos vivos poseen un propósito, y que esa es la pregunta que quiso contestar Darwin con su teoría de la evolución y de la selección natural, pidió que de los propósitos de los seres vivos no se salte al propósito del universo.

Dawkins aludió a que si bien es cierto que puede aceptarse que los organismos vivientes poseen un propósito y que éste puede explicarse de manera evolucionista, eso es muy distinto a decir que el universo posee un propósito.

El científico calificó la postura de Chopra como de una “confusión total”.

El médico hindú defendió su posición señalando que la posición de Dawkins no toma en cuenta que las actividades individuales de los seres vivos son en realidades actividades del universo y que cuando un ser vivo expresa sus propósitos en realidad expresa los propósitos del universo.

El debate estuvo lejos de la espectacularidad que hubiera deseado el auditorio. Los nombres taquillero de Chopra y Dawkins atrajeron lo mismo a wannabes que a legisladores locales y funcionarios, hasta el gobernador de Puebla, Rafael Moreno Valle, y su esposa. Pero el debate se restringió a las correcciones lingüísticas que Dawkins realizó sobre las aseveraciones de Chopra, que ocupó diversas metáforas para explicar sus posiciones a favor del sentido del universo.

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Deepak Chopra retomó uno de los tópicos de la crítica a los usos de la ciencia y la tecnología en la sociedad actual.

Luego de la zarandeada entre Chopra y Dawkins, en rueda de prensa el médico hindú modificó su argumentación y se lanzó contra la ciencia. “La ciencia en la ausencia de evolución espiritual, no es cuidadosa… Si tenemos evolución espiritual y somos conscientes de que estamos destruyendo el medioambiente, cuándo vamos a arreglarlo, qué vamos a hacer”, planteó Chopra luego de su participación en el debate con el científico evolucionista Richard Dawkins. En su último día de actividades la Ciudad de las Ideas, privilegió los debates y polémicas; por ejemplo, se abordó la poligamia VS la monogamia. Además, hubo participaciones artísticas sentidas, como la de la Orquesta Esperanza Azteca

Por la tarde, el encuentro organizado por Roemer, Salinas Pliego y el gobierno del estado de Puebla llegó a su fin. Con una emotiva despedida y una fiesta en la explanada del CCU, culminó el encuentro.