Tras la modificación del decreto de 1962 y la definición de los límites territoriales entre la ciudad de Puebla y San Andrés Cholula, el director del campus Puebla del Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey (ITESM), Rashid Abella Yunes, aseguró que el acuerdo legislativo frenará las confusiones e interpretaciones equivocadas de actos de gobierno y de particulares, porque aunque aclaró que desde su llegada pagaron impuestos en la capital poblana, dijo que “no importa donde quedemos, lo bueno de todo esto es la decisión tomada, que es lo que todos debemos de aplaudir, que haya una definición para cualquiera, no importa el municipio donde te ubiques”.

Lo que generó el acuerdo legislativo, dijo el encargado de las políticas educativas de esa casa de estudios, es que se quita la incertidumbre y todos saben dónde tienen que contribuir como personas físicas y morales. “La conclusión más importante es que haya definición y ese es el valor más fuerte”. Por eso agregó que lo justo es que se “decida y lo injusto es que no se decidiera, entonces la decisión que se haya tomado la debemos recibir todos con justicia, porque lo que nos interesa es la certidumbre”.

En el marco de la graduación 2013 de los estudiantes de licenciatura, el administrador central de esa casa de estudios de Puebla celebró que haya una definición jurídica porque —desde su perspectiva— eso brinda certidumbre a las partes: “La definición de los legisladores locales no debería generar molestia, pues lo importante es que ahora los pobladores cuenten con una definición legal”.

Por su parte, el rector de la Ibero Puebla, Fernando Fernández Font, dijo que la definición del conflicto de los límites territoriales representa un descanso para las autoridades jesuitas porque el tema de los servicios estaba complicado, pero además afirmó que la cotidianidad universitaria vivía un problema bastante severo de inseguridad.

Ante eso, reveló que los jóvenes permanentemente padecían de intentos de asaltos y de agresiones sexuales porque en la franja en disputa todavía hay zonas que son un desastre: “Y nadie lo arregla porque a nadie le corresponde”, ante lo que celebró que ya no continúe la ambigüedad, en lo que consideró una decisión equilibrada: “La aceptación de las dos partes es equilibrada”.