Tras la falta de respeto del secretario de Finanzas, Roberto Moya Clemente, a la diputada Maritza Marín Marcelo durante la comparecencia del 27 de febrero, donde se generó la molestia del funcionario al exhibir la falta de apoyo al campo, respondiendo a manera de burla, se exigió que cualquier funcionario respete la máxima tribuna del estado.
En entrevista, la presidenta de la Comisión de Igualdad de Género en el Congreso de Puebla, Silvia Tanús Osorio, pidió a los secretarios del gabinete estatal que durante su comparecencia sean “tolerantes y respetuosos” de las críticas que se hagan a su trabajo, e indicó que es obligación de los servidores públicos rendir cuentas al Poder Legislativo.
La también diputada del Partido Revolucionario Institucional dijo que tras la falta de respeto en la que incurrió un funcionario estatal hacia Martita Marín Marcelo, resulta importante solicitarles de manera respetuosa a los próximos secretarios en comparecer que se comporten a la altura que demanda el pleno del Poder Legislativo, ya que están frente a los representantes de los ciudadanos que fueron electos con el voto y de manera democrática, así que no sólo ofenden a un legislador, sino a la sociedad.
Tanús Osorio expresó que el esquema de comparecencias de los secretarios tiene como objetivo conocer puntualmente los avances que tuvieron sus dependencias durante el último año de gobierno, pero los diputados tienen la obligación de cuestionarlos, por lo que estos servidores públicos deben ser tolerantes.
Confió en que en las comparecencias restantes se lleven a cabo dentro del marco del respeto y la institucionalidad, y que se eviten las confrontaciones derivadas del cuestionamiento de los números presentados por los secretarios del gabinete estatal. Advirtió que sería lamentable que la reacción del funcionario haya sido por cuestión de género.
La molestia
El mensaje de Maritza Marín Marcelo dicho en tribuna el 27 de febrero y que molestó al funcionario y que generó una respuesta a manera de burla fue el siguiente: “Los hechos y las cifras así lo demuestran. Por ejemplo, para la tan celebrada política de modernización se han invertido, fíjense bien, sólo 15 centavos de cada 100 pesos gastados en los últimos tres años, y si a eso agregamos que se reporta que apenas se mecanizaron 22 mil hectáreas, que significan el 1.9 por ciento del total de las hectáreas cultivables en la entidad, estaremos de acuerdo entonces en que tardaremos varias décadas para que se cumpla lo ofrecido por el ejecutivo del estado en su programa sectorial de desarrollo rural 2011-2017: hacer del campo la palanca del desarrollo regional para asegurar ingresos sustanciales mayores para los campesinos y una vida digna para sus familias.
”Así, podríamos revisar cada una de las acciones emprendidas en los años recientes y todas ellas nos llevarían a la misma conclusión: las políticas públicas que se han implementado no dan la certeza de partir de diagnósticos claros y serios, carecen de sistemas de seguimiento y adolecen de evaluaciones externas que permitan mejorar el diseño de las mismas y sus impactos correspondientes”.