La versión dista mucho de los testimonios de los pobladores de la junta auxiliar de San Bernardino Chalchihuapan, quienes fueron víctimas de la represión de los “granaderos”.


 

1. La Secretaría de Seguridad Pública reafirma que en todo momento el despliegue de la fuerza policial se produjo bajo un esquema de contención y disuasión, con el único objeto de lograr la apertura de la vía en cuestión.

 

1. “Les dijimos (a los policías) que se calmaran porque estaban saliendo los niños de las escuelas y el comandante dijo: ‘les damos un ultimátum de cinco minutos’ y fue cuando los detuvieron a los que se llevaron, todavía ni empezaban las agresiones, cuando nos dimos cuenta ya se los llevaban”.

 

2. Desde el primer momento del cierre, y a lo largo del mismo, se les conminó al diálogo y a la negociación, con la concurrencia de las autoridades de la Secretaría General de Gobierno.

 

 

 

3. Agotados los llamamientos, desoídos al diálogo, el operativo de los efectivos de la Secretaría de Seguridad Pública, no obstante la violencia expuesta por los manifestantes, fue exclusivamente con la utilización de toletes, escudos y cascos, en una primera instancia. Ante la escalada de violencia y agresión de parte de los manifestantes, se utilizó gas lacrimógeno para dispersar y contener a los agresores. Se ratifica, así mismo, que en ningún momento se utilizaron balas de goma o cualquier otro dispositivo contundente, que los ya referidos. 

 

 

3. Los granaderos estaban aventando cosas que explotaban y cuando yo oí eso, mi hijo cayó de un lado, yo venía de cinco metros: Elia Tamayo, mamá del niño Luis Tahuetlil.

 

 

4. El comportamiento del grupo de manifestantes no corresponde al perfil ciudadano de una protesta, ya que dio muestras de una intención claramente organizada, premeditada y de franca provocación y agresión (…) preparados con diversos objetos contundentes tales como bombas molotov, palos, tubos y piedras de gran calibre, (…) 46 policías lesionados y al menos dos civiles.

 

 

4. “Íbamos mujeres, algunas embarazadas, ancianos, nos trataron como delincuentes, como animales, nadie de nosotros estaba preparado para eso, si íbamos pacíficamente nomás pa’ que nos escucharan”, dijo una mujer de la tercera edad.

 

 

5. (…) durante la agresión de los manifestantes, se estima que al menos fueron detonados un estimado de doscientos cohetones, cuyo poder de impacto no solo lesionó personas, sino que destrozó cascos protectores y escudos de la policía, lo cual demuestra su poder de daño.

 

 

 

6. El menor de edad Luis Alberto Tehuatlie Tamayo, fue lesionado gravemente por uno de los cohetones lanzados por los manifestantes en su violenta protesta, y que hoy se encuentra debatiéndose entre la vida y la muerte.