La Comisión Estatal de Derechos Humanos estatal (CDH-Puebla) anunció que investigará la represión sufrida por estudiantes al ser desalojados a golpes del zócalo de la capital.
Al mismo tiempo, la organización civil Nodo de Derechos Humanos, integrada en su mayoría por activistas y académicos universitarios, acusó que el desalojo refleja el aumento de la brutalidad policiaca de Puebla.
Incluso, lo comparan como “La Noche de Iguala como modelo de orden en Puebla”, en alusión a la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa.
Mientras tanto, la CDH-Puebla señaló que ninguna de las víctimas quiso interponer la queja oficialmente, sin embargo, seguirán las investigaciones de oficio.
Este domingo por la madrugada, estudiantes de la UAP —que conforman el Colectivo Universitario para la Educación Popular (CUEP)— fueron desalojados por agresores encapuchados de manera de la plancha del zócalo de la ciudad, donde sostenían una huelga de hambre solicitando instalaciones para impartir cursos gratuitos a los aspirantes a la universidad pública.
La versión oficial
Al respecto, la CDH informó, por medio de un comunicado, las acciones realizadas sobre el caso de un campamento de estudiantes de la UAP, en la plancha del zócalo en la ciudad de Puebla:
Detalló que desde el 5 de febrero de 2015, personal de esta comisión constató, en la plancha del zócalo, que se encontraba un grupo de 10 a 12 personas, hombres y mujeres.
Tenían un campamento del Colectivo Universitario para la Educación Popular, en virtud de que en la víspera se recibió una llamada señalando que en su plantón se sentían intimidados.
La CDH-Puebla dio seguimiento al asunto e intervino como observador en las mesas de diálogo convocadas por la Secretaría de Gobernación municipal, en la que estuvieron presentes estudiantes de la Universidad Autónoma de Puebla, miembros del CUEP.
Detalló que este domingo 8 de febrero de 2015 se recibió la llamada telefónica de una mujer que dijo pertenecer al grupo que se encontraba en huelga de hambre en el zócalo de la ciudad.
“Aproximadamente a las 3:00 horas de la madrugada, un grupo de sus compañeros que estaban en el zócalo, fueron atacados por unas personas vestidas de civiles, y que aun cuando también habían policías municipales observando los hechos, no prestaron el auxilio.
”Durante dicho acto se dispersaron por distintos lugares alrededor del zócalo y al momento de reunirse nuevamente, aproximadamente las 04:30 horas del día, llegó una camioneta de color negra donde subieron a 3 de sus compañeros, sin saber el paradero de los mismos”.
El organismo aseguró que sus visitadores adjuntos se avocaron a la búsqueda de los antes citados, en distintas instalaciones de seguridad pública, y pasado el mediodía.
“Un visitador se entrevistó con un grupo de estudiantes, quienes no se identificaron, en la Casa del Estudiante Emiliano Zapata, indicaron la existencia de lesionados sin precisar mayores detalles, no ratificaron la queja y rechazaron el acompañamiento para presentar denuncia”.
Posteriormente, un visitador se presentó en el Hospital Universitario a efecto de verificar que los estudiantes lesionados fueran atendidos por el personal médico.
“En el lugar, los agraviados no desearon presentar queja; sin embargo, la Comisión de Derechos Humanos del Estado de Puebla, conforme a sus atribuciones, continuará de oficio las investigaciones a fin de determinar si existieron violaciones a sus derechos humanos”.
La noche de Iguala en Puebla
“¿La noche de Iguala como modelo de orden para Puebla?”, así titularon su comunicado el Nodo de Derechos Humanos, por la agresión del domingo 8 de febrero en contra de integrantes del CUEP.
“Refleja un aumento en la brutalidad policíaca en Puebla, no sólo por la intensidad de los golpes y la gravedad de las lesiones que sufrieron los estudiantes, la agudización de la violencia se ve en un conjunto de elementos estratégicos que hacen que el desalojo y la agresión se asemejen más a una acción violenta de un comando del crimen organizado que a un operativo de seguridad, es decir que la policía cada vez tiende a actuar más como un grupo de sicarios que como una fuerza de seguridad”, señalaron.
Comentaron que es alarmante que después de lo que se hizo brutalmente evidente en Iguala, con la desaparición de los 43 estudiantes de Ayotzinapa.
“Con esa herida aún sangrando, los gobiernos y los cuerpos de policía de otros lugares no replanteen sus estrategias y actitudes para enfrentar el creciente y legítimo descontento social, para ver la necesidad de que los espacios públicos sean espacios de encuentro, expresión y debate.
”Es alarmante que en el desalojo los agresores no portaran uniforme ni algún distintivo visible que los acreditara como elementos de alguna corporación policíaca; que la policía poblana en lugar de mantener la seguridad del Zócalo permitiera que un numeroso grupo de choque armado con varillas, machetes y tubos pudiera golpear impunemente a quienes se encontraban en el Zócalo de manera pacífica.
”Es terrible que frente al palacio de gobierno de Puebla el grupo de choque pudiera secuestrar a ocho jóvenes, torturarlos para después dejarlos en las afueras de la ciudad.
”Es trágico que lo ocurrido con los 43 estudiantes de Ayotzinapa se utilice como ejemplo para generar terror en los jóvenes, para torturarlos”. Fotos: Twitter