Los estudiantes de la UAP levantaron ante la PGJ la averiguación previa AP100/2015/BGMZS por las agresiones que sufrieron el domingo por la madrugada, cuando realizaban un plantón en el zócalo de la ciudad de Puebla solicitando aulas para dar cursos a los aspirantes a ingresar a la universidad.

Diez de los universitarios agredidos madrugada de este domingo interpusieron una denuncia ante la Procuraduría General de Justicia (PGJ), donde relataron lo sucedido durante el violento desalojo realizado por personas encapuchadas y armadas con varillas, bates y otros objetos.

Los estudiantes señalaron entre los delitos que podría configurarse en las investigaciones que emprenda la procuraduría: robo, lesiones, privación ilegal de la libertad, amenazas, amenazas cumplidas, tortura y asociación delictuosa.

Omar García, normalista sobreviviente de la represión en contra de estudiantes de la normal de Ayotzinapa “Isidro Burgos”, en septiembre del año pasado, acompañó a los universitarios de Puebla.

García acudió en representación de los normalistas de Ayotzinapa, quienes se solidarizaron con los estudiantes de la Universidad Autónoma de Puebla (UAP) por las agresiones sufridas la madrugada del domingo.

Cabe señalar que las autoridades locales han desestimado la agresión que vivieron los estudiantes en el desalojo del plantón calificado la brutal agresión como una “riña” entre particulares y deslindando en todo momento a la administración estatal y municipal del desalojo.

Sin embargo, en redes sociales ha crecido la indignación por la violencia que sufrieron los estudiantes universitarios que realizaban una huelga de hambre solicitando instalaciones educativas para realizar cursos del examen de admisión a la UAP.

La indignación pasó de los propios universitarios y simpatizantes de estas demandas universitarias a personajes como Gerardo Fernández Noroña, exdiputado federal, y analistas como John Ackerman.

En lo que va del año es el segundo hecho represivo en contra de universitarios. El primero fue la detención de universitarios por los agentes de seguridad estatal y municipal durante la visita de Enrique Peña Nieto para inaugurar el Hospital del Niño Poblano.

Además, de la indignación en las redes sociales como Twitter y Facebook, los universitarios preparan para este jueves a partir de las 14 horas una marcha que partiría de Ciudad Universitaria para denunciar el clima de represión que se vive en el estado de Puebla en contra de estudiantes y de otros sectores de la sociedad. Originalmente la movilización estaba programada para este miércoles. Pero los estudiantes han realizado otras acciones como la averiguación previa buscando la vía jurídica para realizar sus denuncias en contra de la represión.

Como se recordara, el pasado domingo estudiantes del Colectivo Universitario para la Educación Popular (CUEP) fueron desalojados por agresores encapuchados de manera violenta la madrugada de este domingo de la plancha del zócalo de la ciudad donde sostenían una huelga de hambre solicitando instalaciones para impartir cursos gratuitos a los aspirantes a la universidad pública.

El violento desalojo fue calificado por la Red de Derechos Humanos como la actuación de un grupo de paramilitares en contra de estudiantes ocupando elementos de hostigamiento psicológico, desaparición forzada por unas horas y tortura.

El martes, Israel Sampedro, representante de la Red señaló que el desalojo violento realizado por un grupo de encapuchados armados con bates, varillas y diversos instrumentos con los que golpearon a 23 estudiantes, hombres y mujeres, que se hallaban en un campamento en el zócalo de la ciudad muestra el modus operandi del estado mexicano que en distintos niveles de gobierno busca deslindarse de actividades de ese tipo y que las realiza a través de grupos particulares con la aquiescencia de la autoridad.

Lo menos en que incurrieron los policías tanto municipales como estatales que permitieron la agresión en contra de los estudiantes y que no acudieron al auxilio de los mismos fue en una omisión, recordó Sampedro Morales, al fijar la posición de la organización horas después de la agresión de la que fueron víctimas los universitarios.