“Por la paz de Cholula” bajó por segundo año consecutivo la Virgen de los Remedios, del cerro a cuyas faldas se encuentra la gran pirámide cholulteca. Este sábado se realizó una procesión político-religiosa, en la que se pide a la Virgen resguardar la zona de las cholulas, en este caso debido a los problemas generados por el proyecto de la llamada Plaza de las Siete Culturas.
En punto de las 16.30 horas, el mayordomo entregó a los fieles la imagen más venerada por la zona, la cual inició la bajada del cerro, lo que hace sólo en momentos especiales, como casos de alguna tragedia como epidemias, sequías graves o hasta hambre.
La procesión al bajar del Tlachihualtépetl, o “cerro artificial” en náhuatl, continuó en primera instancia por San Pedro Cholula, cruzando la zona del centro histórico, incluido el portal, para posteriormente ir al municipio vecino. Una vez en San Andrés Cholula, se recorrió con la Virgen a cuestas la zona de los campos, los que están en pleito con autoridades municipales y estatales.
En estos campos, aledaños a la Gran Pirámide, se pretende construir un centro recreativo, lo que ha generalizado las protestas, ya que gran parte de los habitantes prefiere que se queden como están, en campos de cultivo y de uso personal.
El mayor argumento de los opositores es que en estos campos se cruza tradicionalmente desde hace siglos para ir en procesión justamente a visitar al templo de la Virgen de los Remedios, en la cima del cerro. Luego de cruzar en procesión, las más de 500 personas que acompañaron la imagen nuevamente subieron al templo, donde se ofició una misa en la que se pidió “por la paz de Cholula”.
Los mayordomos pidieron que la procesión se respetara y se hiciera de la manera religiosa como se marca, sin mezclar cuestiones políticas, como en una marcha de protesta. Todo fue respetado por los fieles, aunque, de manera discreta en algunas casas, habitantes colocaron cartulinas en apoyo de los presos políticos Adán y Paúl Xicale.
Las protestas
Dese hace más de un año las protestas han arreciado, sobre todo contra el ayuntamiento de San Andrés Cholula, presidido por Leoncio Paisano, a quien acusan de ser utilizado por el gobierno de Puebla para el proyecto en disputa.
En octubre de 2014, días después de que expropió terrenos aledaños a la pirámide con fama internacional para la creación de un parque llamado de las Siete Culturas, se encuentran detenidos dos activistas por protestar, Adán y Paul Xicale, padre e hijo.
La mayor molestia es que Leoncio Paisano había no sólo prometido, sino hasta firmado junto con todos sus regidores, que iba a echar atrás el proyecto, pero simplemente no cumplió ante un regaño desde Casa Puebla.
Según la información oficial, el parque contará con plazas, fuentes, espejos de agua, áreas para comercios y puestos de comida, así como un teatro al aire libre y canchas deportivas, entre otros atractivos.
Las expropiaciones de los municipios han sido contra los propietarios de las 21 hectáreas que circundan la pirámide en los municipios de San Andrés y San Pedro Cholula, aunque se encuentran detenidas por dos suspensiones provisionales concedidas por jueces federales a los vecinos inconformes. Además, el gobierno de Puebla expropió el edificio del exhospital siquiátrico, conocido como El Batán.
La exigencia
Especialistas y trabajadores del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) alertaron que la situación en Cholula podría generar un estallido social debido al proyecto del gobernador Rafael Moreno Valle, de construir el parque a orillas de la pirámide.
Empleados sindicalizados de la dependencia federal han publicado desplegados a nivel nacional, donde señalan que el proyecto viola la Ley Federal sobre Monumentos y Zonas Arqueológicos, Artísticos e Históricos, y atenta contra los derechos humanos de los habitantes de Cholula.
“Se supone que será un parque temático, que conforme a las palabras del gobernador poblano ‘dignificará la zona, atraerá turistas y generará riqueza’.
”Así entonces, ¿no son dignas las actividades agrícolas y comerciales que se llevan a cabo en el lugar? ¿No son importantes los actos de socialización y praxis religiosa que se realizan en esa área? ¿Por qué siete culturas?”, señalaron.
Advirtieron una vez más que la creación del parque no fue consultada con la ciudadanía y, por si fuera poco, se contrapone con las costumbres culturales de los cholultecas, por lo que la insistencia en imponerlo podría generar un estallido social.
Por lo tanto, desde entonces exigen a la directora general de la dependencia, María Teresa Franco, que el instituto no sea “cómplice” en ese proyecto y cumpla con la misión para la que fue creado, de proteger el patrimonio cultural, histórico y artístico del país.
“La zona arqueológica de Cholula es objeto de conservación para la realización de investigaciones, por lo que en su momento deberá incorporarse al conocimiento y difusión de su espacio prehispánico y social de uso actual”, señalan en el desplegado.
El desplegado fue firmado por los profesores investigadores del INAH agrupados en la Delegación DIIIA1 y sección X del SNTE (Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación).
"Actuar en consecuencia para evitar un grave atentado a la cultura nacional al estar obligado a cumplir y hacer cumplir la Ley Federal de Monumentos y Zonas Arqueológicos, Artísticos e Históricos.
”No basta con autorizar o prohibir construcciones, porque su competencia es la investigación, divulgación y salvaguarda de los fenómenos culturales de los mexicanos”, señalan.
“La zona arqueológica de Cholula es objeto de conservación para la realización de investigaciones, por lo que en su momento deberá incorporarse al conocimiento y difusión de su espacio prehispánico y social de uso actual", insisten.