El diputado por Morena, Roberto Solís Valles denunció el crecimiento en el delito de tala clandestina en la región Izta-Popo.

El legislador adelantó que presentará una reforma para homologar las sanciones y castigar severamente este ilícito, luego de que algunos especialistas han advertido que de continuar la deforestación a ese ritmo, en 20 años desaparecerá la zona boscosa.

En conferencia de prensa, el diputado local señaló que la tala clandestina es la tercera fuente de ingresos de los grupos criminales, por lo que resulta un negocio redituable para los delincuentes que operan con impunidad amenazando a las autoridades municipales.

Roberto Solís consideró que a la par de endurecer las sanciones, es necesario que la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) intervenga y no deje solos a los presidentes municipales que hacen su esfuerzo para evitar este delito.

“La realidad es que la tala clandestina se sabe en donde se ejecuta y quiénes son, pero el problema es que nadie se mete porque quien llega a señalar estos temas muchas veces son asesinados, las cosas como son (…) La tala clandestina se ubica en Tlahuapan, Huejotzingo y Teotlalcingo y ahí es donde les han llagado a asesinar a policías en la administración pasada”.

El diputado adelantó que agenda legislativa estará enfocada en la protección del medio ambiente por lo que promoverá una campaña permanente de reforestación en la región Izta-Popo para abonar a la protección de la ecología.

En riesgo de desaparecer

De acuerdo a especialistas, el Parque Nacional Izta-Popo sufre la pérdida de cinco mil hectáreas de bosque al año debido a la tala clandestina, pastoreo, e incendios forestales.

Estudios de la Fundación Gregorio detallaron en la pasada legislatura una iniciativa para solicitar al gobierno del estado inicie las gestiones para que esta zona sea declarada por la UNESCO, Patrimonio Natural de la Humanidad.

En entrevista anterior, Gildardo Espinosa, indicó que hay un área de 70 mil hectáreas de bosque, y el nombramiento permitiría aplicar acciones de rescate a la región que es la principal fábrica de agua del país.

Comentó que la falta de seguridad en la zona ha generado que se pierdan alrededor de cinco mil hectáreas al año.

Lamentó que los ejidatarios de la región dejen pasar al ganado de empresarios, quienes para engañarlos matan una res, mientras las cabezas se comen los pequeños árboles impidiendo su desarrollo.

De los beneficios, señaló que podría haber vigilancia en la zona, la aplicación de proyectos para que la gente de la región viva del bosque.

Comentó que hay más de 400 comunidades en la región, y se estima que a su alrededor en los tres estados vive al menos un millón de habitantes.