Tras el anuncio del gobernador de construir un nuevo edificio para que funcione la sede central del Congreso del Estado, un estudio realizado en 2019 por la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP), reveló que hay un riesgo constante en el edificio actual que de teatro fue improvisado como recinto legislativo hace más de un siglo, pero únicamente estarían 15 diputados.
Tras los sismos de septiembre de 2017, se realizó el estudio, en el que se encontraron también daños por el sismo del 15 de junio de 1999 y que no fueron debidamente reparados.
El Dictamen Estructural que fue entregado a la anterior legislatura concluye que el inmueble “no cuenta con la resistencia estructural global que y/o local necesaria que garantice la seguridad de los usuarios ante un evento sísmico de gran magnitud”.
“Se necesitan trabajos de conservación, pero el trabajo sería extremadamente invasivo para los usuarios, que impediría el adecuado desempeño de funciones”, de acuerdo a la Dirección de Infraestructura Educativa de la BUAP.
Otra de las observaciones que se hizo en el dictamen fue “Se debe intervenir este edificio, es histórico y hay que rescatarlo, pero definitivamente la restauración va a ser muy molesta como para que puedan cumplir con sus funciones, ustedes como diputados”.
Los investigadores de la máxima casa de estudios de Puebla, detallaron que en una inspección se detectó que el inmueble ubicado en el número 128 de la 5 Poniente presenta “elementos estructurales fisurados”, losas con deformaciones verticales considerables y en algunas áreas hay aparición de humedad provocada por el deterioro del impermeabilizante.
En el documento se establece “los muros no cumplen con los estados de límite de falla”, por lo que al hacer las revisiones de resistencia a carga vertical, lateral y de volteo se encontró que la mayoría de sus miembros “no cumplen con las capacidades de resistencia solicitadas por las normatividades vigentes”.
Se insiste en que debido a los constantes sismos en el país la edificación “ha venido mostrando daños acumulables a lo largo del tiempo” que han sido ignorados, lo cual ha provocado “un grado elevado de rigidez” al presentar desplazamientos laterales menores a los permisibles por las normas de construcción.
Los parches
En las últimas décadas se alteró la estructura del inmueble que pasó de tener dos niveles a seis, lo que genera inestabilidad estructural, y se advirtió que uno de los principales problemas es que no se tenían los planos de la institución.
Se precisa que se ampliaron las salas de comisiones, cubículos, sin que se tomarán en cuenta las cuestiones estructurales.
Advertencia de hace 29 años
Asimismo existe otro dictamen sobre edificio que alberga el Congreso del Estado en 1993 realizado por el Colegio de Arquitectos de Puebla señala que era obsoleto, y advierte “así como el inevitable fin de la vida útil del inmueble” la alternativa que se planteaba era la reubicación de la sede en un lugar fuera del Centro Histórico de la capital.
El documento que se encuentra disponible en el Archivo del Congreso cuenta con las firmas del presidente de la Gran Comisión del Poder Legislativo, Miguel Quirós Pérez, y del entonces presidente del Colegio, José Luis Ramírez Mantilla se reitera que es obsoleto para que se pudiera operar el poder legislativo.
En la carpeta hay un oficio dirigido a Héctor Álvarez Santiago, director del Centro Regional INAH con fecha 15 de junio de 1993, en el que el presidente de la Gran Comisión Miguel Quirós Corte le solicitaba su punto de vista en torno a la situación del inmueble.
Conforme a la carpeta entregada se precisa que en el estudio del Colegio de Arquitectos participaron los profesionales Abel Aguirre Terán, Edmundo Estrada Tirado, María Cristina García Torija, Francisco Javier López Romero, María Teresa Rojas Ortiz, así como Manuel Yela Osorio, y lo firma el presidente José Luis Ramírez Mantilla.
El estudio hace referencia a que el Congreso llevaba 88 años funcionando en el inmueble de la 5 Poniente 128, y se basó en uso y función; capacidad, condiciones de habitabilidad, función urbana, actividad en el cultivo de la personalidad.
“Dichas instalaciones actualmente han sido rebasadas en su función, debido al crecimiento demográfico del estado, el cual aumenta las actividades del quehacer legislativo”.
“Se nota lo obsoleto y reducido del local para llevar a cabo nuevas técnicas de legislación, hace falta auxiliarse de elementos como biblioteca, hemeroteca, archivos funcionales, banco de datos, informática computacional, y enlace con los grandes aparatos que conforman la logística legislativa del país”.
Desde 1993 en documento señaló “En lo operativo el actual edificio incrementará su ineficiencia en proporción directa del crecimiento del estado y, por lo tanto de sus problemas de legislación, así como el inevitable fin de la vida útil del inmueble”.