“A mí me investigó la FGR y estoy limpio”, fue la respuesta del vocero de Morena, Enrique Doger, a Eduardo Rivera, candidato a gobernador de Mejor Rumbo por Puebla, quien lo llamó corrupto, razón por la que pidió al panista que aclare por qué lo exoneraron en 2017 de su proceso de inhabilitación.
Fue más allá, el exalcalde de Puebla sugirió reabrir las cuentas públicas de Rivera, las cuales todavía no han sido aprobadas, para descartar que existan irregularidades.
A modo de defensa, explicó que su gestión fue fiscalizada tanto por la Auditoría Superior del Estado (ASE) como por la Auditoría Superior de la Federación (ASF), sin ser sancionada por mal manejo de recursos. En cambio, recordó, en el 2017 Eduardo Rivera fue sancionado por no solventar observaciones de su cuenta pública 2014 por un monto de 411 millones de pesos.
“A mí me han auditado muchas veces, como exrector y como expresidente municipal, y son auditorías muy puntuales. Por supuesto, nunca se deja de lado que hay intencionalidad política. Pero a él ya que lo habían inhabilitado, después de todo un proceso, mágicamente en tres meses aparecieron pruebas, realmente es ridículo, resulta que su jurídico encontró pruebas para que ya no hubiera las irregularidades que acusó la ASE (…) Que reabran las cuentas públicas, el que nada debe, nada teme”, apuntó.
Hay que decir en el 2017 el Congreso local con mayoría del PAN aprobó el inicio de un procedimiento administrativo de determinación de responsabilidades, para sancionar a Eduardo Rivera con una multa de 26 millones de pesos y una inhabilitación para ejercer cargos públicos o en la función pública por 12 años. Ello, en medio de una serie de desencuentros con el entonces gobernador también del PAN, Rafael Moreno Valle Rosas.
Este domingo, Enrique Doger reavivó el tema para contestarle a Rivera que él “no está muy limpiecito” de acusaciones de corrupción, e incluso bromeó que, si el candidato de Mejor Rumbo por Puebla se refiere a él como “vocerito”, entonces se dirigirá a él como el “toluco Rivera”, en alusión a su origen en Toluca, Estado de México.
Enseguida el priista pidió elevar el nivel del discurso en lo que resta de las campañas y hasta dijo estar dispuesto a sentarse a debatir con el candidato de la oposición para que aclaren las acusaciones que uno al otro se han lanzado.
“Yo con gusto voy a un debate con él, con un moderador, un debate de ex presidente a ex presidente”, citó.