Mi columna del día de ayer, titulada “¿Alguien ya abrió los ojos?”, provocó que un ejército de trolls se lanzara a la página electrónica de Intolerancia Diario y a las redes sociales para atacarme.
Desafortunadamente, de entre todos los comentarios —por así llamarle a semejantes sandeces— no encontré la más mínima defensa para el nuevo gobierno.
Simplemente fueron ofensas las que lanzaron los soldados cibernéticos del gobierno estatal.
Ayer expliqué las prácticas repetitivas que se presentan, en comparación con las administraciones anteriores.
Recordemos.
Hay miles de despedidos, en la misma proporción de los miles de contratados que son parte del quehacer administrativo en el gobierno, con la novedad de que ahora los recomendados vienen de todas partes del país y los despedidos son poblanos.
En otras áreas vemos a los ambiciosos empresarios pasar la factura de los favores de campaña, esperando recibir buenas noticias de las licitaciones en turno.
En la obra pública, no falta algún empresario de los medios recibiendo bendiciones y una que otra licitación.

Hasta aquí la cita.
Nadie exculpó ni al melquiadismo ni al marinismo, simplemente señalé que el morenovallismo apunta a seguir exactamente el mismo camino.
Nos guste o no, hoy vemos y padecemos de las mismas acciones.
Sin embargo, los trolls de manera ridícula se indignaron con este columnista y sustentaron su ataque diciendo que Marín es el mismísimo demonio.
Y pueden tener razón, pero entonces ¿eso faculta al morenovallismo a seguir saqueando el estado?
Pareciera que con su defensa se basa en la frase “los anteriores eran peores”.
¡Valiente consuelo!

Todos a la beatificación
Lo único que nos revela el sacroturismo de nuestros políticos, en donde todos quieren atestiguar la beatificación de Juan de Palafox y Mendoza, es que la ambición y el protagonismo nada tienen que ver con los partidos políticos, sino con la maldita condición humana.
Les gana la gana.
Y no se salvaron diputados o secretarios, ni si quiera el alcalde.
Total, si Vicente Fox utilizó sus influencias presidenciales para recibir la bendición papal junto con su amada Martita, ¿por qué diablos no iban a ir los nuestros a la beatificación?
Ahora, vamos a esperar a que lleguen los resbalones del viaje.
Seguro habrá tema para escribir “50 nacos por Madrid”.
Ya saben que en estos viajes, el que no cae, resbala.