Desde hace tiempo, en Casa Aguayo se cocina cómo obtener los votos de los diputados que le hacen falta al bloque morenovallista para sacar adelante su reforma electoral.
Por tratarse de reformas constitucionales, el Ejecutivo necesita al menos las dos terceras partes de los legisladores para aprobar su iniciativa encaminada a llevar a cabo una reforma electoral a modo, que se ajuste a su interés de buscar la candidatura a la presidencia de la República en 2018, y en segundo termino para eternizar a su grupo político en el poder.
A simple vista, el gobernador Moreno Valle tiene al menos garantizados 22 votos de los 27 que necesita para sacar adelante su reforma.
Al respecto, se vale especular sobre el sentido de la votación que se daría cuando se someta a discusión del pleno la aprobación de dicha reforma. Acción Nacional y sus 12 diputados se da por descontado que votaran a favor de la iniciativa enviada por el Ejecutivo; son los nuevos soldados del sistema e irán hasta la ignominia con lo que se les pida.
El PRD y su bancada le dará también tres votos en automático al gobernador, ni Tony Galy, ni Gerardo Garcilazo, muchos menos Eric Cotoñeto, osarán ir en contra de lo que mande el señor gobernador.
Nueva Alianza es un hecho que la dará cuatro votos más al Ejecutivo siguiendo la línea dictada desde Casa Puebla, con Guillermo Aréchiga a la cabeza de la Gran Comisión.
El PVEM seguramente vivirá momentos difíciles al interior de su bancada; los diputados Jesús Morales Manzo y Venancio Ojeda Hoyos están ligados al PRI y a la corriente zavalista, por lo que estarán a la espera de recibir la correspondiente línea. Habrá que ver también qué postura asume en torno al tema el coordinador de la bancada, Elías Abaid Kuri.
Convergencia y el PT, representados por los diputados José Juan Espinosa y Zeferino Martínez Ortiz seguramente se opondrán, más por razones políticas y por ordenes de López Obrador, que por convicción.
La bancada del PRI es clave en el tema, será cuestión ver cómo responde en su momento el grupo parlamentario del tricolor que encabeza José Luis Márquez Martínez y si hay o no fracturas al interior del bloque priista, aunque se presume que las habrá.

Dos aspirantes a la CEDH
Con la novedad de que el cierre de los registros para aspirar a encabezar la Comisión Estatal de los Derechos Humanos de Puebla, solo se inscribieron dos aspirantes.
Uno es Adolfo López Badillo, quien seguramente será el próximo titular de este organismo, ya que cuenta con el respaldo de 54 organizaciones y universidades, entre estas la UAP.
López Badillo es experto en la materia, doctor en Derechos Humanos, egresado de la Escuela Libre de Derecho de Puebla y ya participó en el anterior proceso de selección del ombusman, en el cual resultó electa Marcia Maritza Bullen. Hasta hace unos días se desempeñó como subdirector de Control y Seguimiento de la Dirección de Planeación y Análisis de la Presidencia de la CNDH.
El otro aspirante es Pedro Cruz Rosas, quien solo tiene el respaldo de una organización, una ONG, Solidaridad Ciudadana por los Derechos Humanos y la Justicia Social, la cual preside. El proceso de selección del nuevo ombusman se llevará a cabo, sin ningún problema, pese a que la convocatoria habla de una terna.

Riestra confirma su liderazgo
Una muy buena charla fue la que ayer sostuvieron los diputados locales del PAN con el gobernador Rafael Moreno Valle.
Reunidos en Casa Puebla comieron con el mandatario e intercambiaron varios puntos de la agenda legislativa, sobre todo el que tiene que ver con la reforma electoral, iniciativa que comenzó a discutirse.
El encuentro se llevó a cabo de 15:00 a 19:00 horas y no pudo ser más cordial, sobre todo porque hubo palabras de aliento para los diputados del partido del gobernador y elogios para su líder de fracción.
Por la noche, el diputado Riestra cenó con Luis Carlos Ugalde, exconsejero presidente del IFE y con Guillermo Aréchiga Santamaría, líder del Congreso local.
La amistad de Riestra con quien fuera el head hunter de la administración morenovallista en el proceso de transición es añeja, data de los tiempos en que el diputado panista estudiaba en el CIDE.
La mano de Ugalde sin duda se verá en la próxima reforma electoral que ya se cocina en el Congreso.