En el Congreso del estado no se sabe si el diputado perredista Jorge Garcilazo Alcántara trabaja por y para el bienestar de los poblanos o para el propio.
Cualquier propuesta que ponga en riesgo sus ingresos como concesionario del transporte público la rechaza sin antes analizarla.
El cinismo del chofer disfrazado de diputado ha llegado a tal nivel que no le importa pasar por encima de quien sea, con tal de no perder ni medio peso de los ingresos en su negocito. Parece que los más de 120 mil que gana de sueldo como pseudodiputado es poco comparado con sus camioncitos y combis.
La propuesta del diputado José Juan Espinosa de hacer obligatorio que los transportistas ofrezcan 50 por ciento de descuento a los estudiantes, a Garcilazo Alcántara le pareció excesiva, irreverente e insultante, pues los choferes dejarían de percibir casi la mitad de sus ingresos.
Pero cómo se les ocurre semejante barbaridad. Qué no piensan en los pobres concesionarios, en sus familias, en sus bolsillos.
Bonito representante del pueblo, ¿o no?
Es obvio que al señor le vale madre. Vio amenazados sus intereses personales y tuvo el descaro de calificar la iniciativa de ley como una medida electorera.
Por favor, si su partido no hace otra cosa que ejercer el populismo a su máxima expresión. Es vergonzoso que nuestro estado tenga sentados en una curul a personajes como éste, que por lo menos debería comprarse un poco de vergüenza y dejar la presidencia de la Comisión del Transporte para no ser juez y parte.