La legislatura que nos representa da pena, y de la ajena.
Ayer en plena sesión del Congreso, en la que los 41 representantes legislativos debían demostrar su congruencia, once de ellos pasaron lista y como dice el dicho “patitas pa’ que las quiero”. De una manera cobarde huyeron, evadieron o se “rajaron”, como vulgarmente se dice (que en lo personal prefiero el lenguaje vulgar), a emitir su voto.
Fueron contados 29 votos a favor y uno en contra que dieron por aceptada la renuncia del ahora extitular del Órgano de Fiscalización Superior, Víctor Manuel Hernández Quintana. Según el reglamento los votos de los ausentes se suman automáticamente a la mayoría; es decir, que los once ausentes regalaron su voto a favor cuando además eran secretos.
El hecho no sorprende ni a propios ni extraños. La tradicional huída de los representantes legislativos en temas que pueden ser escabrosos o perjudiciales en su “carrera política” no es nueva. Sin embargo no podemos pasar por alto dicha actitud, que hasta donde vemos fue ejecutada en su mayoría por legisladores priistas.
Vergüenza les debería dar.
Entre los flamantes personajes que optaron simplemente por hacerse los desaparecidos, podemos destacar a algunos, por ejemplo al diputado de Movimiento Ciudadano, José Juan Espinosa, quien fue uno de los principales críticos de Hernández Quintana, principalmente por la destitución del expresidente municipal de Tlatlauquitepec, Porfirio Loaeza y miembro del extinto partido Convergencia.
¿Incongruencia?
El priista Edgar Salomón también aplicó la huida, y dicen los que saben que luego de pasar lista salió corriendo a su distrito con cabecera en San Martín Texmelucan, a una clase de zumba.
Edgar Sánchez del tricolor, que su único logro ha sido hasta el momento ser suplente del empresario Ricardo Ursua, quien le dejó libre la curul sin saber la falta de valor para representarlo.
Quien también tiró la piedra y escondió la mano fue el legislador petista Zeferino Martínez, quien hace unas semanas solicitó valientemente ante los medios de comunicación se realizara la investigación correspondiente sobre las acciones ilícitas del extitular del OFS.
David Huerta, expresidente municipal de Tepeaca, a quien por cierto no se le ha aprobado la última parte de su cuenta pública y que la legislatura a la que pertenece llevará a cabo la visión de la misma.
Los priistas Eleoformes Palacios Reyes, Zenorina González Ortega, Jorge Luis Coriche Ávila y Jesús Morales.
Del PAN, Jesús Salvador Zaldívar y del PRD Eric Cotoñeto.
Ante lo sucedido ayer en el Congreso, la pregunta es si el resto de los legisladores no les importa quedar en vergüenza por unos cuántos.
En lugar de preocuparse por cerrar la puerta para que nadie los vea comer en las instalaciones de la 5 poniente, deberían analizar a fondo las reformas a la Ley Orgánica del Congreso y aplicar sanciones más enérgicas a quienes incumplan con el reglamento, y no burlarse de la confianza que depositan los ciudadanos en ellos.
Eso es lo que encabrona.