La información publicada en la primera plana de Intolerancia Diario del jueves provocó un sinfín de posturas respecto al factible cambio de sede del equipo de futbol Puebla.
Tras la publicación hubo de todo: confirmaciones, desmentidos, indignación y angustia.
Sin embargo, lo más importante de todo fue la postura del accionista mayoritario del equipo, el cual reconoció las negociaciones con otros estados para llevarse al equipo del Cuauhtémoc.
Cerca del mediodía platiqué vía telefónica con Ricardo Henaine, quien me comentó de las invitaciones que ha recibido por parte de otros gobiernos para llevar al equipo a otros lares.
El único punto que tajantemente negó es que sean los estados de México e Hidalgo los que estén interesados por recibir al cuadro poblano, aunque prefirió guardar en “secreto” el nombre del estado con el que tiene más avanzadas las negociaciones.
En este sentido, resulta natural que Henaine omita dar detalles para evitar que se descomponga el trámite y que el diablo meta la cola; por lo que no se puede descartar a los dos estados antes citados, como tampoco a otros como Veracruz, el cual tiene una afición que muere por tener un equipo de futbol de Primera División.
Ahora bien, lo más importante de esta noticia es que la posibilidad de que se vaya el Puebla no tiene un fondo ni deportivo, ni financiero, sino político.
Por increíble que parezca, si perdemos a nuestro equipo, no será por falta de apoyo de la afición, ni por la venta de la franquicia, sino por la persecución de la que es objeto Henaine Mezher, según su propio dicho.
Por lo pronto, como aficionados no nos queda otro remedio que cruzar los dedos y esperar.
Pero en este momento, el Puebla tiene alas.

Emigran del PRI al PT
Todo indica que René Sánchez Juárez anunciará el próximo 18 de noviembre que buscará otros aires en la política, y que tiene amarrada la candidatura a la diputación federal por el distrito 4 con cabecera en Zacapoaxtla por la alianza de la izquierda.
Desde hace tiempo se rumoraba que Sánchez Juárez, líder de la Confederación Revolucionaria de Obreros y Campesinos, estaba cerca del Partido del Trabajo y con el interés de apoyar la candidatura de Andrés Manuel López Obrador.
Las cosas de aclararon cuando la diputada federal Blanca Jiménez se inconformó mientras buscaba la dirigencia del Comité Municipal del PRI, hay que recordar que ella es integrante de la CROC y posiblemente pudiera cambiar de partido siguiendo a su líder.
Un punto que habrá que esperar es si a los agremiados de la central obrera los suman al proyecto de López Obrador.
Por cierto, hay que recordar que la CROC fue fundada por un poblano, Manuel Rivera Anaya, priista de toda la vida.
Si resucita de nuevo, seguro se muere.