Mientras el nuevo escándalo político del país tiene en el “ojo del huracán” al líder nacional del PRI, Humberto Moreira, en Puebla los integrantes del tricolor hacen como si no pasara nada.
Y es que la verdad no les queda de otra, mientras son peras o manzanas, el prestigio de su representante nacional está en boca de todos. No por nada su permanencia en el cargo es prácticamente imposible.
Pese a lo vergonzoso del “moreirazo”, ayer el PRI capitalino tiró la casa por la ventana y festejó en grande la toma de protesta de su nueva dirigencia, encabezada oficialmente desde este domingo por Claudia Hernández e Iván Galindo.
Y para que no haya duda de que la unidad será su bandera, llamó la atención que durante este acto meramente tricolor estuvieran como invitados especiales personajes que pertenecen a la izquierda.
¿Alianzas? ¿Acuerdos? ¿Cortinas de humo?
Vaya usted a saber, pero ayer el PRI y la izquierda se tomaron de la mano. En el presídium a un costado del líder tricolor en Puebla, Juan Carlos Lastiri, estuvo el senador del Distrito Federal, René Arce. Y por si fuera poco, en el templete también se encontraban militantes activos de la izquierda como Rodolfo Huerta e Irma Ramos del PRD; Carolina O’Farril de Convergencia y “El Sapo” Loyola.
Quién iba a pensar, por ejemplo, que el exregidor perredista, permanente enemigo del sistema priista, estaría en el templete tricolor saludando, platicando y conviviendo con personajes como Javier López Zavala. Hasta parece chiste.
Cabe destacar que el senador Arce encabeza dentro del PRD al Movimiento Izquierda Unida que a todas luces, públicas y privadas, apoya las aspiraciones del exgobernador del Estado de México, Enrique Peña Nieto.
La presencia de militantes de la izquierda evidentemente no sólo tuvo la intención de avalar la llegada de Claudia Hernández e Iván Galindo, sino mostrar hasta dónde están dispuestos a llegar con tal de recuperar lo que según ellos les pertenece no sólo por historia, sino por experiencia: el poder.