No entiendo por qué a los políticos les gusta tratarnos como idiotas, o de plano a nosotros ya nos acomodó fingir que lo somos. Bien dicen que en política nada es casualidad, aunque ahora los diputados locales del Partido Nueva Alianza intenten hacernos creer lo contrario.
Con la llegada del nuevo dirigente estatal Gerardo Islas, y el boom mediático que implica cualquier cambio en la política local, los legisladores panalistas dijeron “ahora es cuando” y quisieron aprovechar sus 5 minutos de fama.
Los tres representantes en el Congreso del estado del Panal —Héctor Alonso Granados, Julio Lorenzini y Guillermo Aréchiga— decidieron realizar su primer informe de actividades legislativas antes de cumplir el año en la curul.
Con el pretexto de que la Ley Orgánica del Congreso establece que los diputados deberán dar a conocer su trabajo legislativo como parte de sus obligaciones una vez al año, sin establecer tiempos, pues nuestros personajes sólo y específicamente en “cumplimiento a su deber” acatan el reglamento.
Hoy el Centro de Convenciones se convertirá en la sede del primer informe de labores del presidente de la Gran Comisión del Congreso, Guillermo Aréchiga, anunciada desde hace unos días con bombo y platillo por el propio diputado.
Pese a la insistencia del legislador de que el acto no tiene nada que ver con sus posibles aspiraciones de convertirse en “chapulín” (desea ser senador), y que todos los gastos del acto fueron pagados con el sudor de su frente, pues nadie le cree.
Y que me dice del señor Lorenzini, quien luego del “supuesto éxito” en su informe de labores, aceptó que quiere convertirse en presidente municipal de San Pedro Cholula. ¿Pues que no acaba de llegar a la curul? ¿Es decir que todo lo que haga de aquí en adelante será para logra su objetivo? ¡Qué cinismo!
Y bueno, de Héctor Alonso mejor ni hablamos. (nota: en su informe olvidó incluir el apartado “técnicas para golpear a reporteros gráficos”).
Para variar, ninguno de estos tres legisladores (y puedo casi asegurarle que ninguno de los 38 restantes) piensa en los ciudadanos que depositaron su confianza en ellos y los llevaron al triunfo.
Deberían preguntarle a su electorado si verdaderamente les interesa saber sobre sus entregas de juguetes el día del niño, de licuadoras o tostadores el 10 de mayo. O de los escasas visitas (si es que las hay) a sus respectivos distritos llenas de promesas de pavimentación de calles, alumbrado público o generación de empleos.
Tengan un poco de vergüenza, por favor.
Para nadie es un secreto que los diputados locales no tienen mucho que informar, pues la mayor parte de las iniciativas y reformas presentadas han sido por parte del Ejecutivo, quien no solamente es su amo y señor sino que además tiene mayor experiencia en el ramo que los 41 legisladores juntos.
Hasta parece burla.