Si Manuel Bartlett resulta ser el primero de la fórmula del Senado por el PRD, los priistas deberán analizar muy bien a quién mandan, porque una cosa es lo que pensamos quienes estamos dentro del círculo rojo (políticos, periodistas, “ninis” del sistema, empresarios, clero, burócratas) y otra muy distinta es lo que considera la mayoría de los votantes.
El exgobernador sí pondría a temblar a varios. No es un enemigo pequeño. No es alguien a quien se le pueda ningunear.
Bartlett tiene muchos seguidores en las calles de Puebla. Para muchos fue el último buen gobernador por su obra pública. Sí fue autoritario, pero al final resultó bien calificado. No es como Mario Marín o Piña Olaya, quienes no soportan una rechifla y varias trompetillas si caminan en pleno centro de Puebla.
¿Cómo debatir con un exsecretario de Gobernación y exgobernador que uno de sus dones es la oratoria? Es claro que si su contrincante del PAN resulta Javier Lozano Alarcón, lo hará pedazos primero porque es un panista tránsfuga del priismo, segundo por ser panista y tercero porque seguramente sacará a relucir su labor en la Secretaría del Trabajo y los despidos masivos del SME, etcétera.
Los priistas deben apostar por el favorito en las encuestas si es que quieren recuperar el poder porque aunque Peña Nieto va arriba, no hay nada escrito de aquí a julio.
Cualquier cosa puede descarrilar al ahora puntero.
Recuerden los últimos procesos: quien va arriba seis meses o un año antes de la elección, no siempre resulta ser el vencedor.
Peña Nieto llegó a su tope en sus niveles, lo único que debe apostarse es en cuidar ese nivel porque no puede subir pero sí puede caer.
Si Manuel Bartlett viene por Puebla no sabemos si gane la elección, pero de que armará un verdadero relajo lo armará. De que le pondrá sabor a la elección lo hará. No es claro si hará campaña terrestre, es decir, casa por casa, pero algo sí lo es: llamará la atención a nivel local y nacional.
Los priistas son quienes deben ver perfiles.
Y en este momento quien encabeza las encuestas es Enrique Agüera, por encima de los demás contendientes.
No hay que hacerse bolas.
Aviso oportuno
No acostumbro usar correos electrónicos ni cartas en mis columnas, sólo en esta ocasión citaré el contenido de una misiva hecha llegar a mi correo por un incidente que ocurrió en el restaurante Allegue de la avenida Juárez, y porque conozco al remitente y sé de su calidad moral. Creo que a veces el uso y abuso de e-mails es delicado por el desconocimiento de la fuente y el ocultarse en el anonimato, insisto, sin comprobar la fuente y el contenido de la información.
Resulta que hace unos días en dicho restaurante un tipo al que todos se referían como “El Contador” comenzó a correr a todos los comensales. De manera agresiva obligó a los meseros y al capitán a sacar a todos. Dicho personaje además se puso agresivo con otros clientes.
No es la primera vez que lo hace y que, como su pinta no es muy de fiar, tienen miedo que saque algún arma para atacar a los demás, pues ya ha amenazado con hacerlo.
Obvio es que tanto el capitán como algunos meceros no hacen nada. Dicho restaurante fue tomado por dicho personaje.
“Lo grave es que de seguir así, Puebla caería en un nivel de inseguridad como lo que ocurre en el norte del país o en Veracruz, que ya es controlado por la delincuencia organizada y ahora en cada restaurante deberán poner detector de metales y revisar bolsos de los clientes”, menciona la misiva hecha llegar a este espacio.
El factor Bartlett
PUBLICIDAD