La elección de candidatos a diputados federales del PRI no será nada fácil. A diferencia de otros procesos electorales los aspirantes tricolores saben que ahora sí, su partido tiene la oportunidad de recuperar la Presidencia de la República, pues la ventaja de Enrique Peña Nieto es amplia y aparentemente irreversible (por lo menos para ellos), pese a los últimos errores.
La semana pasada el líder estatal del PRI, Juan Carlos Lastiri, se reunió en las instalaciones del instituto con quienes han levantado la mano para ser considerados en las listas de precandidatos, independientemente de las posibilidades que tengan de llegar o no interna o externamente.
El objetivo de reunir a los “suspirantes” fue informales la metodología por medio de la cual serán elegidos los representantes del tricolor en las próximas campañas, a cargo de Roy Campos quien llevará a cabo los estudios de penetración, popularidad, confianza e intención de voto en cada uno de los 16 distritos que conforman la entidad.
Con base en los resultados del especialista, el Comité Ejecutivo Nacional del PRI dará a conocer los nombres de quienes lideran en dichas listas, y a partir de eso autorizar la participación de los suspirares en las asambleas correspondientes.
Lo interesante de las reuniones efectuadas en las oficinas de la diagonal Defensores de la República es que muchos “sacaron el cobre”. Aún no inician las mediciones de los aspirantes y ya hubo quienes no sólo acudieron con porras, pancartas y serpentinas, sino también hubo mentadas de madre, acusaciones y sombrerazos entre compañeros que buscan ser candidatos del mismo distrito.
Es evidente que el líder estatal del tricolor se enfrentará a un gran reto, pues quienes “suspiran” a convertirse en candidatos a diputados federales no dejarán fácilmente sus aspiraciones. A muchos no les importan las formas y están dispuestos a todo, absolutamente todo, con tal de conseguirlo.
Pero ahí no acaba el reto.
Bien dicen que en la política la forma es fondo, y otros personajes ni tardos ni perezosos llegaron con la ilusión de que el partido les eche la mano o les rinda tributo por supuestas relaciones con el candidato presidencial Enrique Peña Nieto. Al “Golden Boy” ya le salieron en Puebla primos, compadres, hermanos, tíos y cualquier tipo de parentesco ficticio y hasta cómico.
¿Cómo ve?
Pero también hay otro tipo de “suspirantes”, y son aquellos que ven hacia arriba para quedarse en medio. El objetivo de este tipo de pseudo políticos es fingir aspiraciones a la candidatura a diputado federal, a fin de que a la hora de las negociaciones ellos, como “buenos priistas” declinen sus intenciones a cambio de algún otro hueso dentro del partido o el gabinete federal.
Estos buitres de la política poblana negocian espacios en las delegaciones federales, con la esperanza (en algunos casos hasta la certeza) de que Enrique Peña Nieto recupere la Presidencia de la República para el Revolucionario Institucional.
Si en esto de la política nadie da brinco sin huarache.