Lo malo
Pudo ser perfecto, pero no lo fue. El primer informe del gobernador Rafael Moreno Valle Rosas fue organizado tan meticulosamente que cualquier error era casi imposible.
Discurso, gráficas, imágenes, videos, logística, invitados, seguridad, vestuario y demás, fueron revisados una y otra vez durante los días previos a la fecha que establece la ley.
Sin embargo, no todo salió como esperaba el mandatario.
La silla vacía en el pleno del Congreso del estado provocó un evidente enojo en Moreno Valle. El presidente del Tribunal Superior de Justicia, David López Muñoz, simplemente no llegó a la importante cita, sin que hasta el momento se tenga conocimiento de una versión oficial que justifique su ausencia. Se dijo que quiso ingresar al Congreso sin acreditación y le impidieron el paso.
Cualquiera que sea el motivo, su ausencia descompuso no sólo la esperada perfección, sino el rostro de Moreno Valle, quien sin poder disimular se dejó invadir por las emociones negativas frente a más de 150 personas. Todo empeoró cuando Héctor Alonso Granados ocupó la silla vacía en el pleno. Sí, el diputado “orangután”, con sus aires de grandeza y lenguaje soez.
¿No pudieron elegir a alguien con mejor prestigio?
Lo bueno
Ya en el Centro Expositor, abarrotado por poblanos, Rafael Moreno Valle disfrutó de informar sus logros. Su rostro cambió al mencionar a Elba Esther Gordillo, quien con una permanente sonrisa celebraba los logros de su discípulo.
Orgulloso de su estrecha relación con la maestra, el mandatario hizo una pausa especial para que su madrina fuese alabada por los aplausos de los presentes, y aunque se alcanzó a escuchar un abucheo, mantuvo su expresión de felicidad por tenerla en casa. La presencia de doce gobernadores de distintas extracciones partidistas demuestra la buena relación que mantiene a nivel nacional con sus homólogos, quienes aprobaron el primer año de gobierno del expriista.
Lo feo
El gobernador Rafael Moreno Valle Rosas ignoró por completo al presidente municipal Eduardo Rivera Pérez. Ayer, durante su primer informe, el primer mandatario no sólo no saludó intencionalmente al alcalde, sino que hizo de cuenta que no existe.
Dicen que la indiferencia duele más que el olvido, y eso es precisamente la estrategia que utiliza el jefe del Ejecutivo con Rivera Pérez. Este último parece ya estar acostumbrado, al grado de que ni muecas hace.
La pregunta es si Lalo Rivera hará lo mismo en su informe.
Lo dudo.
La sorpresa
Aunque usted no lo crea, Rafael Moreno Valle no mencionó durante su informe la noticia más escandalosa que se haya registrado durante el primer año de su mandato: la detención del exsecretario de Salud en el sexenio pasado, Alfredo Arango, por el delito de enriquecimiento ilícito.
Con una inteligencia innegable, el gobernador se abstuvo de vanagloriarse del tema, pues los hechos son más que palabras.
Como cualquier proceso jurídico, el caso del exfuncionario marinista seguirá su proceso natural, y será la autoridad correspondiente la encargada de juzgar los hechos de los cuales se le acusa al exdirector del ISSSTEP.
Bien hecho, el silencio de Moreno Valle.
Lo bueno, lo malo y lo feo para Moreno Valle
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