(Historias pornográficas de panistas mochos)
 
La llegada de Luis Paredes Moctezuma a la alcaldía  de Puebla en el año 2002 provocó la más fuerte ruptura al interior de Acción Nacional. De entrada, el grupo de “Los Renos” (“Chucho” Encinas, Héctor Montiel, Óscar y Héctor Vera Arenas) junto con Ana Teresa Aranda, Humberto Aguilar Coronado y Arturo Carranco Blanca, entre otros, se unieron con Paredes para minimizar el poder que mantenía Francisco Fraile.
El problema del alcalde es que perdió la cabeza, sintió el veneno del poder. Fue víctima de su gusto por el Lepanto y por las damas. Que aunque eso no tendría nada de malo, pues es algo muy personal, sus escándalos amorosos y de francachelas fueron famosos por toda la ciudad de Puebla.
Tan fue así que muchos de sus regidores también tenían sus “movidas”, ustedes pueden constatar todos los escándalos en los que incurrió el edil Paredes si buscan en la hemeroteca todos los Intolerancia Diario de aquel entonces. Fue el periódico que mejor dio seguimiento a todo lo que ocurría en la ciudad, no es por nada. Tan fue un escándalo que terminó por llamarse “El cabildo del amor” y por ahí hasta existió un bolero que se trasmitió por la 10.10, muy divertido, por cierto. Tales fueron los excesos que muchos de los aliados de Paredes lo comenzaron a abandonar. Paredes buscó la gubernatura y directamente le declaró la guerra ha Francisco Fraile.
No obstante, el poder de Paredes se fue minimizando pues los frailistas le fueron descubriendo una a una de sus triquiñuelas para intentar ganar diputaciones locales y federales. En 2004, por ejemplo, fueron dados de baja 26 panistas por falsificación de firmas, entre ellos, Francisco Javier Torres Sánchez “El Bonny”, asesor del alcalde y Gustavo Ladrón de Guevara (así se apellida), secretario general del ayuntamiento.
En 2003 por ejemplo, cuando al exfutbolista Roberto Ruiz Esparza lo intenta imponer Humberto Aguilar Coronado con Paredes para diputado federal por el distrito 6, la asamblea que votaba se dio la vuelta, le dio la espalda a “El Capi”.
Paredes fue perdiendo fuerza. En 2004 cuando se renovó el Comité Municipal del PAN, Paredes tenía de candidato a Luis Olmos, Fraile iba con Pablo Rodríguez Regordosa. Para tratar de ganar votos, Luis Olmos interpretó la mejor actuación de su vida: se puso vendas en la cabeza, se enyesó, se coloreó y aparentó que estaba accidentado. Nadie en la asamblea para elegir al líder de la ciudad de ese partido se la creyó. Se burlaron de él y Pablo Rodríguez ganó la contienda interna.
Al final vino la guerra decisiva, Eduardo Rivera era el presidente estatal del PAN, y Francisco Fraile se enfrentó contra Paredes en las urnas para buscar la candidatura a la gubernatura. “El Pastor” daría la cara. Se pondría frente a su archienemigo. Paredes compró conciencias, soltó lana, mucha lana. Fraile fue más conservador. El resultado no fue otro más que la derrota de Luis Paredes.
Tres años de excesos se fueron por el caño. Claro, Luis junto con otros panistas lastimados, comenzaron a revelar los “grandes secretos” de El Yunque.  La intención, buscar cobijo con priistas a cambio de la información de esa organización ultracatólica que opera desde los sótanos.
Eso le costó su cabeza y terminar aún más dañado —mentalmente— de lo que estaba.
Fraile triunfaba pero se enfrentaría entonces a Mario Marín, quien en ese entonces tendría los mejores números en la historia de Puebla. Marín derrotaría a Fraile en las urnas.
El desgaste interno contra Paredes había lastimado a los panistas y esta derrota de Fraile en los comicios estatales provocaba una nueva desunión: Ángel Alonso Díaz Caneja junto con Roberto Grajales, Fernando López Rojas y Angélica Ramírez Luna buscarían el poder que dejaba Fraile, pero se toparon con pared, pues quien asumía el control sería Eduardo Rivera quien impuso en la dirigencia a su “chofer” Rafael Micalco.
Fraile apoyó a Rivera, Ángel Alonso lo tomó como una afrenta personal. Se creaba una nueva versión de “Los Renos” en Acción Nacional.
Y como siempre, por cuestión de espacio: esta historia continuará.