Panismo para dummies VI
(O lo que es lo mismo, todo cambia para que siga igual)


Antes de concluir este pequeño serial sobre la historia del PAN de 1989 a la fecha, tengo que hacer dos aclaraciones pertinentes respecto a la pasada entrega: 1. He platicado con varios militantes panistas al respecto y me comentaron que Francisco Fraile, en la elección de 2007, no operó contra Antonio Sánchez Díaz de Rivera, al contrario, lo apoyó. Lo que sí —y eso es cierto— es que él consideró que no era el candidato ideal para abanderar en ese momento a su partido en la ciudad. 2. Francisco Fraile fue el primero que invitó a Rafael Moreno Valle a sumarse a las filas de Acción Nacional. Fue en la casa de Paco, “La Guarida del Fraile”, como le dicen sus amigos en donde se dieron los primeros encuentros para que el ahora gobernador se hiciera senador de la República bajo las siglas del PAN.
De hecho, este serial —hay que decirlo— mucho tiene que ver la figura de Fraile, pues para bien y para mal, el PAN es lo que es porque él creó esta estructura que actualmente está en Puebla. Tampoco es un santo, no. Es bastante perverso.
Retomemos el tema:
Cuando Rafael Moreno Valle Rosas llegó al PAN, Fraile —aún con el báculo del poder interno— dijo: “Tenemos que caminar a la par y correr a su misma velocidad, si no, nos va a rebasar”. Dicha frase era un vaticinio. Moreno Valle llegó con una cultura priista, pero con una visión más moderna, pragmática, directa. Con él no había un “a lo mejor”, es un sí o es un no, punto.
El error del panismo a nivel local es que siempre jugaban a la kermés de la escuela, a la elección del líder de los Boy Scouts, a la de la mesa directiva del Instituto México. Eran demasiado nobles con sus adversarios priistas. La verdad es que el PAN era muy malévolo en las elecciones internas: unos compran votos, otros imponen la línea, inflan padrones, juegan rudo, pero cuando se trata de enfrentarse en las constitucionales, los panistas se veían desgarbados, tibios, en algunos casos tontos y demasiado pueriles.
La llegada de Moreno Valle dio un giro de 180 grados. Todos los días estaba en distintos puntos del estado. Su principal operador electoral, Néstor Gordillo, quien en ese entonces mostraba un bajo perfil, pero por su trato y habilidad política sabía llegar con los militantes de los pueblos y convencerlos. Además, Gordillo es un excelente estratega electoral por si no lo sabían, sólo que siempre maneja un bajo perfil.
Moreno Valle llegó para quedarse. Subió. Bajó. Se enfrentó al sistema. Creó su propio sistema. Derrotó a Mario Marín. Lo llevó a las cuerdas. Lo aniquiló por KO.
Una vez derrotado el marinismo, creó un grupo al interior del panismo apoyado por Ángel Alonso Díaz Caneja. El problema para los panistas es que nunca supieron ponerse al tú por tú con el gobernador, quien sólo les dio dos posiciones en el gabinete: Pablo Rodríguez Regordosa y Miriam Arabian Couttolenc. Pablo resultó un cero a la izquierda en las relaciones con Acción Nacional y Arabian era una adversaria. Ellam, a quien le giraron una orden de aprensión, prefirió hacerse a un lado y evitar más confrontaciones.
Sí entraron muchos panistas al gobierno, pero como jefes de área en su mayoría o como directores. Moreno Valle, entonces, se enfrentó contra Eduardo Rivera, quien no permitió que lo mangonearan, aunque sí permitió que lo ningunearan el 15 de septiembre pasado cuando no salió al balcón en el acto del Grito de Independencia.
La relación entre ambos es difícil, tensa. Los morenovallistas se han descargado en contra del alcalde. Cuentan, por ejemplo, que el secretario de Finanzas, Roberto Moya Clemente ha sido muy duro con el edil panista. Eduardo ha aguantado vara.
Alguna vez preguntando por qué tanta animadversión, alguien comentaba que por asuntos de poder, obvio, e ideológicos. Lalo Rivera es muy de El Yunque.
Cierto o no, Moreno Valle cuenta con un buen número de panistas en el Consejo Estatal y tiene un poder interno. Eduardo Rivera es quien heredó el “bastón de mando” del frailismo, aunque no del todo y no como lo ejerció Fraile.
Actualmente es un relajo interno. No hay un verdadero liderazgo. Ya no hay cuadros jóvenes. No existen ideales, ni principios. No obstante, existe el rumor que el viejo panismo se está reagrupando y que dará la batalla el año entrante cuando se elija al candidato a la alcaldía de 4 años y medio. Algunos ven a Miriam Arabian como la abanderada.
La guerra interna contra el gobernador sigue. Es un error, sí, porque el problema del PAN es siempre darle la espalda al gobierno, ser oposición aunque sea de su mismo partido.
Y esto es la hoguera de las vanidades.


*Anuncio: A invitación de mi queridísima amiga Selene Ríos Andraca, quien ahora ya tiene su propio medio, escribiré también en su página de internet que se llama Central Puebla, la cual empezará a funcionar a partir de hoy. Le deseo suerte a Selene, a quien seguramente le irá mejor ahora que sabrá que siempre es mejor dejar de ser soldado para convertirse en general.