Los pobladores de San Diego Cuachayotla los ven llegar casi todos los días en pipas disfrazadas de camiones de carga; se instalan en un lote que tiene como razón social “Pensión de Autos”, desde ese lugar se dedican a la venta de petróleo crudo que sirve en la elaboración de ladrillos, una actividad que alimenta a casi toda la población de San Diego y de las zonas cercanas.
Estos sujetos venden el petróleo entre 4 y 5 pesos el litro cuando en realidad su precio es el doble, lo que garantiza que en cuestión de horas vendan toda la carga y regresen al siguiente día, de manera impune, a la luz del día y con la protección de todas las autoridades, desde federales, del estado hasta municipales.
El petróleo que venden esta población y en las comunidades de Cholula y Huejotzingo es robado, lo extraen de manera ilegal de los ductos de Petróleos Mexicanos (Pemex). La organización que opera en el robo y venta, por lo menos los que operan en esta zona, vienen de Veracruz, al frente de ellos un sujeto que le apodan “El Chino”.
“El Chino” tiene un cómplice en la zona de Cuachayotla, le dicen “Fanta”, es propietario de un negocio con razón social “Pensión de Autos” donde llegan las pipas disfrazadas de camiones de carga, todas ellas con productos de Pemex.
“El Fanta” y “El Chino” tienen bajo control la venta de petróleo y otros productos de Pemex. No son molestados cuando circulan por carreteras federales ni cuando ingresan a esta comunidad, los dos sujetos sobornan a policías federales, del estado —incluyendo mandos ministeriales— y municipales para que no detengan a sus unidades ni a sus choferes.
Los dos sujetos cuentan además con hombres armados que cuidan las cargas, las ventas y los mismos policías corruptos les permiten que se paseen tranquilamente con pistolas o rifles de asalto sin que los detengan.
Operativo farsa
El jueves 17 de mayo los vecinos se dieron cuenta que en el negocio de venta de petróleo, ubicado en la “Pensión de Autos”, llegaron elementos de la Policía Estatal Preventiva y de los mismos encargados de seguridad de Pemex, que visten de verde, donde de inmediato fueron retirados al menos seis unidades del transporte de carga que llevaba el combustible.
Más tarde los mismos policías regresaron y detuvieron a Baltazar Huitzil Ahuátl, de 50 años y a Hilario Huitzil Huitzil, de 35, quienes ni siquiera estaban en el negocio de la pensión de autos, sino en terrenos de su propiedad, los acusaron de estar en posesión de dos camiones que transportaban pipas cargados con petróleo y los trasladaron a las instalaciones de su corporación donde les tomaron fotos y luego, a través de su oficina de comunicación, enviaron reportes de la detención a los medios de comunicación. Se les olvidó en ese boletín que al momento de llegar la policía a donde se vendía petróleo robado estaban los dos “jefes” de la zona: “El Chino” y “El Fanta”, que por alguna razón no fueron molestados ni detenidos.
Las reacciones
Como consecuencia de la doble detención irregular, durante más de cinco horas del viernes 18 de mayo, los vecinos de San Diego Cuachayotla detuvieron la circulación vehicular de la carretera federal México-Puebla en ambos sentidos, su petición fue que liberaran a dos de sus paisanos a quienes consideran inocentes y que se dedican a la elaboración de ladrillos.
Los hombres y mujeres que participaron en la protesta rompieron el silencio, dijeron saber quiénes eran los que vendían el petróleo robado y además quiénes lo llevan y fue cuando nombraron al “Chino” y al “Fanta”; uno procedente de Veracruz, el segundo su paisano, quienes operan con toda la impunidad posible.
El escándalo llegó a la Secretaría de Gobierno donde sistemáticamente le “echaron” la bolita del problema a la delegación de la PGR, y de esta forma no solo se “lavaron las manos”, sino que además “limpiaron” a los policías estatales que participaron en la detención; nadie hizo más averiguaciones. Hoy, estos mismos vendedores de petróleo robado, los que no fueron detenidos, le aseguro que siguen “trabajando” con la tranquilidad de que no van a ser encarcelados.
Nos vemos cuando nos veamos.
Crimen organizado en San Diego Cuachayotla
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