La visita que realizó el pasado sábado la esposa del presidente de la República, Margarita Zavala, a Puebla denota el punto al que llegó la campaña del albiazul en Puebla, que necesitaron la presencia de la señora para encender el ánimo de una alicaída militancia panista.
Fue necesario traer a la esposa del presidente para calentar el ambiente, previo a la visita de la candidata Josefina Vázquez Mota, quien estará en Puebla el próximo 3 de junio. Y es que la esposa del presidente de la República es el único activo que se ha atrevido a dar la cara por Josefina, dentro de las llamadas “figuras nacionales del PAN”, ningún otro personaje de primer nivel dentro de la estructura panista ha dado la cara en Puebla por la candidata del blanquiazul, sólo doña Margarita.
La esposa del presidente Calderón vino, además hacer un acto de abierto proselitismo, precisamente en la semana en que el presidente municipal de Puebla, Eduardo Rivera Pérez, fue acusado ante la Fepade por supuesto desvío de recursos a favor de la campaña de Acción Nacional, lo cual también deja un mensaje bien claro para todos los que lo quieran escuchar. No es casualidad la presencia de la esposa del presidente en Puebla: vino a demostrar que el panismo local tiene todo el apoyo del presidente ante los ataques recibidos, pero también para dejar en claro que el tiempo se agota y que esta es la última llamada ante la cercanía de la elección.
Acción Nacional está a 30 días de perder la Presidencia de la República, si es que no ocurre algo importante que los vuelva a ubicar en la pelea ante un Enrique Peña Nieto que se mantiene al frente y un Andrés Manuel López Obrador que cada día repunta en la preferencias y ha hecho que la contienda, en términos de opinión pública, cada vez se centre en estos dos personajes.
Esta es la última llamada para el panismo, que en caso de perder la Presidencia de la República volverá a quedar en la orfandad, esa de la que hablaba con tanto temor el dirigente estatal de Acción Nacional, Juan Carlos Mondragón Quintana, en el “audio escándalo”, en donde más de 200 mil panistas se quedarán sin trabajo.
Lucero, un lastre para Alcalá
La segunda fórmula del PRI al Senado de la República, Lucero Saldaña Pérez, se ha convertido en un lastre para Blanca Alcalá, quien se ha dedicado a arrastrar a su compañera, la cual ha tenido la fortuna de tener como compañera a la expresidenta municipal de Puebla.
De otra forma, Lucero jamás habría podido hacer un buen trabajo. No quiere invertir en publicidad y mucho menos trabajar como lo demanda una campaña del tamaño de una contienda al Senado. Hay que recordar que Saldaña fue senadora, para gracias a un muy desafortunado incidente como fue la muerte del Rafael Cañedo Benítez, de la cual era suplente. Tanta es la abulia y la tacañería de la candidata al Senado, que se negó a inicios de la campaña a invertir en espectaculares, se le pidió la mitad de los recursos para aparecer en 40 espectaculares a colocarse en todo el estado, algo mínimo de acuerdo con los recursos con los que cuentan y no quiso aportar nada, prefirió invertir más tarde, pero sólo en 20.
A pesar de todo esto, Lucero es una mujer que está comprobado tiene mucha suerte, ya que llegó al Senado con la muerte de Cañedo en la primera ocasión y en esta nadie daba nada por ella, pero la negativa de López Zavala de ir en segundo lugar, la salida de Lastiri —quien entró al relevo del exsecretario de Gobernación— y ahora el trabajo de Alcalá la pueden perfilar para volver a ocupar un lugar en la Cámara alta.
Ni duda cabe que suerte te dé Dios, y eso al parecer es lo que acompaña a Lucero. Ni hablar.
Margarita Zavala, la última esperanza del PAN
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