La encuestadora Covarrubias y Asociados, empresa muy ligada al candidato del Movimiento Progresista, Andrés Manuel López Obrador, le pegó ayer el tiro de gracia al candidato presidencial de las izquierdas.
Si hace ocho días la encuesta del periódico Reforma situó al candidato de la izquierdas en su realidad, la de Covarrubias ayer sepultó cualquier posibilidad de que López Obrador obtenga el triunfo el próximo domingo, a pesar de que el exjefe de Gobierno del Distrito Federal, desde mi punto de vista, rebasó todas las expectativas que inicialmente se generaron en torno a su candidatura.
¿Por qué Covarrubias y Asociados le da el tiro de gracia al proyecto lopezobradorista? Porque esta empresa desde antes de 2006 trabajaba para el exjefe del Gobierno del Distrito Federal y fue la que precisamente el 2 de julio de hace 6 años estuvo más cerca que nadie del tabasqueño.
Desde entonces Covarrubias se convirtió en la encuestadora de cabecera de López Obrador, tan es así que fue esta empresa la que realizó la encuesta mediante la cual el año pasado el tabasqueño venció al jefe de Gobierno del Distrito Federal, Marcelo Ebrard, para convertirse de nueva cuenta en el candidato de las izquierdas para la contienda de este año.
Descalificar ahora el trabajo de Covarrubias por parte de López Obrador sería tanto como deslegitimar su propia candidatura, basada precisamente en un estudio realizado por esta empresa.
Los números de Covarrubias son contundentes: le dan una ventaja de 11 puntos al candidato priista, Enrique Peña Nieto, quien tendría 41 por ciento de las preferencias, por 30 por ciento del político tabasqueño y 26 por ciento de Josefina Vázquez Mota.
Covarrubias coincide con la mayor parte de los estudios demoscópicos realizados hasta el momento, pero su valor por encima de todos, es que viene de una empresa ligada al candidato de las izquierdas, la misma que —reitero— sirvió para que Andrés Manuel López Obrador se convirtiera en el candidato.
La contundencia de los números es clara, sólo resta que el próximo domingo se convierta en realidad, el electorado por supuesto es quien tiene la última palabra.

Apuntes sobre la capital
La lucha por las diputaciones federales en Puebla se antoja de pronóstico reservado.
El distrito 6 es sin duda el más atractivo y en donde se espera una lucha de estructuras, tal y como se planteo desde el inicio de la contienda. Si bien la balanza se inclina ligeramente a favor del candidato del PRI, Enrique Doger Guerrero, su más cercano adversario, Enrique Guevara Montiel, está muy cerca, casi en empate técnico y no se puede descartar para nada las posibilidades de Mario Chapital de la Rosa, quien recibió todo el impulso del efecto López Obrador, aunque depende totalmente —junto con el resto de los candidatos del Movimiento Progresista— de que la gente salga a votar ese día.
En el 9 las cosas están prácticamente definidas en favor de la candidata de Acción Nacional, Blanca Jiménez, quien tuvo una oposición débil, tal y como se le pidió al PRI que ocurriera.
En el distrito 11 las cosas están muy interesantes con una ventaja para la priista Nancy de la Sierra Arámburo, con María Isabel Ortiz cerca y un candidato del Movimiento Progresista Luis Bravo, que hizo un papel digno en la contienda.
En el 12 la situación favorece al priista Pablo Fernández del Campo, quien no puede “dormirse en sus laureles” porque la operación política del gobernador se encaminará a rescatar la candidatura de Néstor Gordillo, quien resultó excelente operador pero pésimo aspirante a un puesto de elección popular.

La lucha en Zacatlán
José Luis Márquez Martínez se apresta a ser uno de los candidatos en todo el país que mejores resultados entregará en la próxima jornada electoral para el PRI. De acuerdo con una encuesta de Indicadores, Márquez cuenta en el distrito 2 con cabecera en Zacatlán con 36.3 por ciento de las preferencias, por 23.9 por ciento de su más cercano adversaria, la candidata del Movimiento Progresista María Ángeles Ronquillo y 19.3 por ciento de la candidata del PAN, y en el último lugar el exsecretario de Educación Pública del estado, Darío Carmona García, quien —eso sí— sacó un muy digno 8.6 por ciento para el Partido Nueva Alianza.