Con un “usted disculpe”, liberaron ayer al presidente municipal de Acatzingo, Eliseo Zayas Jaén.
Sin duda, este hecho es una muestra de la forma en la que se imparte justicia en Puebla.
Un presidente que no quiso renunciar al cargo, porque así se lo pedía el ejecutivo, tuvo que pasar un año en la cárcel hasta que un juez federal determinó que no había cometido ningún delito y, por lo tanto, se le devolvía la libertad absoluta.
De esta forma se confirmó que Zayas Jaén fue otro preso político del sexenio. Cómo olvidar el linchamiento mediático y la manipulación de la información para despedazarlo.
En ese entonces la autoridad estatal aseguró que estaba prófugo y escondido, pese a que el reportero de Intolerancia Diario, Francisco Sánchez, lo había entrevistado en un restaurante de la colonia Huexotitla.
Extrañamente, dos días después de haber declarado que no renunciaría, lo detuvieron.
Eliseo fue el segundo de la lista, pues en noviembre de 2011, durante la sesión del Consejo Estatal del Partido Acción Nacional, con un espectacular operativo se detuvo al expresidente municipal de Palmar de Bravo, Pedro Barojas, gente cercana a Ana Teresa Aranda Orozco.
A Pedro Barojas se le pidió que se declarara culpable y entonces se le daría el indulto, pero por dignidad no lo aceptó y el 28 de diciembre de 2012 quedaba liberado porque no se comprobó ningún delito.
Como se ha dicho, el sistema judicial en Puebla está en crisis y es capaz de robar años de su libertad a inocentes.
Y la pregunta obligada es: ¿Regresará a la alcaldía una vez que fue exonerado?
¿El Museo Barroco Internacional?
El aberrante proyecto del Museo Barroco Internacional es absurdo desde su nominación.
¿Barroco Internacional?
Cualquiera pensaría que siendo poseedores del Barroco Poblano, bastaría con denominarlo Museo Barroco Poblano. Sin embargo, todo hace pensar que nuestros “brillantes” gobernantes pretenden traer a Puebla muestras de arte barroco que se encuentran en otros países.
El barroco poblano alcanza su máxima expresión en la Capilla del Rosario y el Salón Barroco del edificio Carolino. Y en una manifestación única de sincretismo en Santa María Tonantzintla.
¿Cómo demonios van vestir el gigantesco inmueble?
¿Van a hacer cortes del estuco barroco del Carolino o de la Capilla Dominica?
¿Fabricarán réplicas en maquetas de poliéster de la monumental obra barroca que Puebla posee para trasladarlos al pretendido museo?
Ya una administración estatal (la de Bartlett) se encargó de restaurar espléndidamente el antiguo Hospital de San Pedro para convertirlo en Museo del Virreinato. Proyecto que no fructificó, toda vez que se encuentra vacío como museo, pues las obras de arte barroco que existen están en propiedad de la Pinacoteca de la UAP, del Museo Amparo, del Museo Bello y de otras instituciones o en colecciones particulares,
¿Que pretenden los genios morenovallistas?
¿Expropiarlas o hacer copias para colocarlas en el propuesto, y a un costo millonario, museo, que no deja de ser una pretensión fatua y flatulenta?
Adiós a otro capricho del Señor de los Cerros
PUBLICIDAD