Mucho se ha hablado sobre la relación que existe entre ambos personajes, sobre todo después de que Enrique Peña Nieto ganó la Presidencia de la República el año pasado.
Existen muchos mitos en torno a la relación de ambos personajes, desde los que aseguran que se detestan mutuamente, los que aseguran que existe una guerra de “egos” entre ambos hasta los que aseguran que de ninguna manera hay tal animadversión y que incluso pueden llegar a acuerdos.
La detención de la maestra Elba Esther Gordillo en los últimos días de febrero se había dicho sería el clímax de la relación entre ambos personajes, ya que el gobernador de Puebla le debe una muy buena parte de su carrera política a la polémica exdirigente nacional del SNTE, pero luego de muchas especulaciones nada extraordinario ocurrió.
En varias ocasiones, el presidente de la República, Enrique Peña Nieto, retrasó su visita a Puebla, lo cual se interpretó como que no quería venir a la entidad para no tener nada que ver con Moreno Valle, sobre todo luego de la detención de la madrina política del gobernador de Puebla.
Mañana todas esas dudas, todos esos mitos podrán ser develados cuando por fin Peña Nieto y el gobernador de Puebla estén juntos en un evento a llevarse a cabo en el Centro de Convenciones de la ciudad, el cual tendrá un ingrediente más de morbo.
Ayer el dirigente nacional del PAN, Gustavo A. Madero, en los hechos un empleados más del gobernador de Puebla, anunció que Acción Nacional se retiraba del Pacto por México.
La actitud de Madero de abandonar el Pacto por México responde a que no está conforme con las acciones emprendidas por el gobierno federal para castigar la supuesta operación política que se armó desde la Sedesol federal en el estado de Veracruz.
En medio de todo esto, hoy se da la tan esperada primera visita del presidente de la República a Puebla, con un morbo muy especial: la entidad es el bastión más importante —junto con Guanajuato— que aún le queda al panismo, luego de la debacle electoral sufrida en 2012.

Agüera-Gali, una parejera
Todo parece indicar que la lucha por la presidencia municipal de Puebla entre Enrique Agüera Ibáñez, exrector de la UAP, y Antonio Gali Fayad, exsecretario de Infraestructura del gobierno del estado, será una parejera como no se ha visto en Puebla capital desde hace mucho tiempo.
Todos los ingredientes están dados para que la disputa sea una de las más cerradas, a menos que las campañas modifiquen el escenario inicial.
Desde Mario Marín contra “El Mosco”, José Antonio Díaz García, no se ve una contienda tan cerrada. En ese 1998 el factor Maurer fue fundamental para dividir el voto swicher y lograr que Marín se pudiera imponer en las urnas. El empresario, en ese entonces todavía muy identificado con La Franja, fue toda una revelación electoral con más de 100 mil votos para el PRD, partido que lo postuló.
Tres años después, Luis Paredes Moctezuma arrasó a un desangelado candidato del PRI Carlos Alberto Julián y Nacer, el cual fue arrasado en las urnas.
A la siguiente elección, el entonces priista Enrique Doger Guerrero no tuvo problemas para imponerse al panista Pablo Rodríguez Regordosa, quien se cayó dramáticamente durante la campaña con una serie de yerros que lo hundieron electoralmente.
El PRI le repitió la dosis al PAN con Blanca Alcalá Ruiz, quien de la nada surgió como la candidata a la alcaldía y remontó 20 puntos de desventaja que traía sobre su contendiente Antonio Sánchez Díaz de Rivera, para que pudiera retener el tricolor la alcaldía de Puebla. Alcalá, hoy senadora de la República, ganó con nueve puntos de ventaja sobre el alicaído candidato de la ultraderecha poblana. Por cierto, en esa elección el entonces senador panista Rafael Moreno Valle, hoy gobernador de Puebla, no movió ni un solo dedo a favor de Toño, quien no era su candidato.
Tres años después, en 2010, fue el PRI quien mordió el polvo en Puebla capital. Mario Montero fue arrasado por la ola azul encabezada por Rafael Moreno Valle como candidato al gobierno y Eduardo Rivera Pérez a la alcaldía.
Rivera Pérez le ganó a Montero nada más con 130 mil votos de ventaja, lo que hace que el empresario radiofónico sea el peor candidato en la historia del PRI en Puebla capital.
Agüera y Gali arrancan parejos, luego de sus registros del día de ayer y se espera protagonicen una de las contiendas más reñidas en la historia electoral de la capital.

Tataglia va como síndico
Poco gana Tony Gali con la inclusión de un personaje de tan baja reputación como Guillermo Nares Rodríguez dentro de su planilla en la cual figura como sindico municipal.
Nares, además de contar con un negro, pero de verdad negro pasado, poco o nada le puede aportar al candidato de Puebla Unida, más que desprestigio, es un porro en toda la extensión de la palabra, pero por si fuera poco es un hombre ligado políticamente a Mario Marín Torres, quien por cierto estudió en la Facultad de Derecho de la UAP.

Vaya lío
Además de contar con la posición de Nares dentro de la planilla de Gali, el exgobernador de Puebla, el tristemente celebre Mario Marín Torres, también va por Cholula.
Sucede que el “góber precioso” puso como candidato del PRI en Cholula al transportista Sergio Galindo, y ahora para hacer que su “gallo” tenga posibilidades de ganar impulsó a uno de sus compadres y exachichincles, Eduardo Papaqui, como candidato del PT por ese mismo municipio. Ni hablar.
Habrá que ver si José Juan Espinosa, el converso al morenovallismo, puede con los “gallos” del marinismo.

Sucedió en el convivió de Gali
La noche del viernes en el Centro Mexicano Libanés Tony Gali se reunió con un grupo de reporteros para convivir, previo a su “unción” oficial.
La nota la dio un reportero de la revista oficial del morenovallismo, Líder, el cual, cuando ya estaba en estado inconveniente, levantó su copa y tres veces brindó por su candidato… el exrector de la UAP, Enrique Agüera Ibáñez.
Maldito alcohol.