En la ciudad de Puebla se ha incrementado de manera alarmante la venta y consumo de drogas, sobre todo porque ni la Policía Ministerial del Estado (PME) ha querido entrarle para atacar a los grupos de narcomenudistas, y porque la Policía Estatal Preventiva (PEP) se ha enfocado en perseguir a los que tienen una dosis o dos de droga, pero en el interior del estado y no en su capital, además de que la Policía Municipal también le entró al tema de ignorar al narcomenudeo.
Este incremento en las mafias de narcomenudistas está provocando un “pique” entre la Policía Ministerial y la Estatal debido a que en ambos grupos existe protección a los vendedores de alcaloides.
Usted debe recordar que en días pasados la Procuraduría General de Justicia (PGJ) consignó al Cereso de San Miguel a Miguel Ángel Florentino de Jesús, elemento de la Policía Ministerial, por secuestro exprés, luego de que junto con otro de sus compañeros privó de la libertad a Daniel Francisco López Castillo, presunto narcomenudista que opera en el barrio de Xonaca, de quien pretendía obtener la suma de 10 mil pesos para dejarlo en libertad.
Un servidor comentó que en toda esta felonía se encontraba implicado Adrián Juárez, “El Charrascas”, quien es “madrina” del agente involucrado y quien al final fue quien “puso el dedo” o informó de las actividades del presunto narcomenudista.
Lo que ahora le comentó es que quienes detuvieron al agente ministerial —elementos de la Policía Estatal— son los que protegen al narcomenudista y a otros más.
De acuerdo con una carta llegada a esta columna, Daniel Francisco López Castillo, quien fue “levantado” por los ministeriales, tiene una hermana que es esposa de uno de los elementos de la Estatal que participaron en el “rescate” del narcomenudista.
En otras palabras, los policías que detuvieron al ministerial que estaba pidiendo dinero son los que protegen a Daniel y a varios integrantes de su familia que se dedican al narcomenudeo.
La misma carta, enviada presuntamente por ministeriales, sugiere que no sólo se trató del rescate del presunto narcomenudista, sino de una advertencia para la Ministerial, para que no se metan con vendedores que ellos protegen.

Pero aún hay más
Dentro del grupo de policías que participaron en la detención del ministerial hay por lo menos dos que en el barrio de Xonaca y en el mercado de la 18 tienen sus centros de venta de droga, y para que su “negocio” prospere se dedican a amenazar a otros vendedores para que se retiren.
Por su parte, los ministeriales también venden protección a otros vendedores de droga y no permiten que corporaciones policíacas como la Policía Estatal los detengan, lo que ha provocado un encono que no tarda en generar un enfrentamiento.
Pero todo esto sucede porque los encargados de estas corporaciones policíacas han dado la orden de que por ningún motivo se moleste a los vendedores de drogas y entonces la ciudad de Puebla es un “pequeño infierno” que no tarda en estallar.
¿A quién le beneficia la permanencia del narcomenudeo en Puebla?

¿Y donde esta el bono de la PME?
Por cierto, otra carta enviada a este espacio indicaba que de nueva cuenta en la Procuraduría General de Justicia (PGJ) le están reteniendo el cheque de 600 pesos que —como “bono”— debe llegar mensualmente a personal de la Policía Ministerial del Estado (PME) y existen muchos casos de agentes a los que les deben hasta tres o cuatro meses de este dinero y sólo les están entregando uno y les dan a entender que no hay retroactivos, que si no les llegó el bono atrasado ya no les va a llegar.
Esta irregularidad mantiene en zozobra al personal de la Ministerial, a quienes cada vez que sus jefes quieren les suspenden sus descansos, los obligan a trabajar más del doble de sus actividades normales, les quitan las armas y los mandan a vigilar sin que tengan nada con que defenderse, ni siquiera un charpe.
La petición de estos elementos al procurador de justicia, Víctor Antonio Carrancá, es la misma, que les paguen sus bonos completos, que dejen de “jinetearles” un dinero que ya se ganaron.
Nos vemos cuando nos veamos