En un gesto de extremo torerismo, José Antonio Morante de la Puebla ha estado presente en la plaza de Mérida, ésa muy antigua ciudad, capital extremeña, afrontando la realidad de no poder hacer el paseíllo para el mano-a-mano concertado con Alejandro Talavante para este pasado domingo, al no estar restablecido del total de la reciente cornada en Huelva; recién, estos días ha entrado en la fase de rehabilitación. Pero no sólo ha hecho acto de presencia, ha acudido a presentar sus disculpas a Ale Talavante por “dejarlo solo”, y éste, el de Badajoz, no ha aceptado sustituto alguno de su par acartelado. Así, la esperada corrida se ha convertido en encerrona. Pero, honestamente hablando, sí dicen las reglamentaciones que un torero al no poder actuar, por lesión, enfermedad o fuerza mayor, debe ser sustituido por un torero del mismo nivel y categoría, dígame usted: ¿Quién puede sustituir a Morante de la Puebla? Terminado el paseíllo, Talavante se ha ido a porta gayola a recibir allí a su primero, en un acto de franco desafío y de elevado riesgo, por la incertidumbre que existe con la no clara salida de un toro de toriles, pues de no haberle resultado la suerte, ahí, podría haber terminado la corrida. Después, para iniciar faena, ha brindado a Morante en el burladero de callejón, para cortarle una oreja a este primero de Zalduendo; ha cortado otra al segundo y en la faena del tercero Ale Talavante ha hecho algo inusitado, algo nunca antes ocurrido en el toreo, pero que de seguro pronto algunos imitaran: se ha arrancado a cantar, por bulerías. Y en la TV-entrevista ha dicho: “Ha sido algo espontáneo, a los toreros nos cantan flamenco, pero es por bulerías por donde yo reventé y me ha salido el cantar”. Ojalá y esto no resulte motivo de imitación, pues imagine usted a uno de nuestros toreros folclóricos, de los que acuden a las tientas calzando zapatos tenis, vistiendo pants y con cachucha beisbolera con la visera pa’tras y que de pronto, durante una faena de muleta les dé por cantar, saliéndoles de muy adentro, un narcocorrido o un canto grupero. ¡Líbrenos mí Dios de esto!
Y, así cantando y toreando le ha cortado las dos orejas al tercero; para, pasar a indultar a “Taco”, cuarto de la tarde, con el que ha armado un verdadero taco. En tiempo real vía tuiter los comentarios de: “Que toro"; de Fermín Bohórquez “Cómo está Talavante” y “¡Qué toro, ahí que indultarlo!”. Ambos, ganaderos de casta y estirpe, incluso del quinto, Bohórquez, tuiteó que también era extraordinario y no faltaron los torrentes de felicitaciones al ganadero del hierro de Zalduendo, don Fernando Domecq. Ya por la noche Zavala de la Cerna ha comentado en relación a Talavante y con miras a los compromisos que tiene, incluyendo Ronda: ¡Donde a éste le dé por cantar en Ronda, os vais a enterar!
Y aquí en México, el mismo fin de semana pasado en las plazas capitalinas: en Arroyo, el sábado, el menor de los hermanos Llaguno, Juan Pedro, si no ha cortado las orejas, sí ha dado emotiva vuelta al ruedo conectando por su gran simpatía con un tendido entregado. Y el domingo, en La México, el hermano mayor, Juan Pablo ha demostrado lo que trae dentro, al triunfar cortando las dos orejas del cierra-plaza, sexto de la tarde de un buen encierro de Xaxay de don Javier Sordo Madaleno. En este Juan Pablo vemos la garantía de continuidad de la generación actual de triunfadores que conforman: Joselito Adame, Diego Silveti, Arturo Saldívar y Sergio Flores a los que se une el hermano mayor, el acaparador de triunfos, el cejijunto-junto Arturo Macías. Y, Juan Pedro Llaguno, es el chaval que asegurará la continuidad de la estirpe torera para cuando éste siglo termine de almorzar.
Juan Pablo y el ganadero de Xaxay, Javier Sordo, en vuelta triunfal.
Que raza de toreros.
Donde a éste le de por cantar..!