Roma, Jerusalén, Santiago, La Meca y… Ronda. Para infinidad de fieles creyentes —sobre todo en cierta etapa de madurez de la vida—, ese deseo ferviente de visitar los lugares considerados santos llega a un momento en que ese deseo acariciado durante toda la vida se convierte en una necesidad casi compulsiva, lleno de ardiente y piadosa fe; surge la necesidad intensa de visitar Roma y, si los recursos económicos lo permiten, viajar a Tierra Santa y visitar Jerusalén.
Para los seguidores de Mahoma la meta es La Meca, y para muchos fieles de España y de raíz hispana la pasión toma un tinte más lúdico y enfoca sus pasos para hacer el viaje, la peregrinación, siguiendo “el camino de Santiago”, para visitar al santo en Compostela.
Pero, para los creyentes taurinos, los amantes de toda la tradición y el rito que se guarda en la religiosidad de una corrida de toros, el objetivo de una visita a modo de peregrinación debe de ser a Ronda, en Málaga. Hacer el viaje para estar de cuerpo presente en las fiestas que cada año se dan en Ronda, sobresaliendo el festival del Cante, el vistoso desfile de Caballerías y por supuesto, la ya célebre y con muchas páginas de oro en la historia del toreo: la Corrida Goyesca; y debe el aficionado emprender al menos una vez en su vida el peregrinaje a Ronda como un tributo al nacimiento ahí, en 1754, del creador del toreo moderno: Pedro Romero, quien en vida estoqueara más de 6 000 toros y quien aportó el inicio de una escuela del toreo. El clásico estilo Rondeño, con más severidad que la exuberante escuela Sevillana.
Se trata de una de las plazas más antiguas de España, data de 1785 y en cuya corrida goyesca han hecho el paseíllo las más destacadas figuras del toreo. Fue la creación de esta corrida un sueño del Maestro Antonio Ordóñez.
La primera Goyesca se dio en el año de 1954, con motivo precisamente del segundo centenario del nacimiento de Pedro Romero y a iniciativa del llamado “Niño de la Palma”, Cayetano Ordóñez, quien participó en ella junto a Antonio Bienvenida y el venezolano César Girón. El hijo de este Ordóñez, Antonio, quien se convirtiera en principal promotor de este singular acontecimiento que reúne a la elite de la afición íbera, partió plaza en el segundo festejo goyesco en 1957.
Este año, en la LVII versión de la Corrida Goyesca con toros de Juan Pedro Domecq, el de la Puebla del Río, José Antonio Morante, ha actuado en solitario con cartelillo en las taquillas de: “NO HAY BILLETES”, cortando la oreja del segundo, tras ovación en el primero, las dos del tercero, silencio en el cuarto; en el quinto ovación con saludos tras dos avisos y en el cierra plaza, ovación de despedida, habiendo salido a hombros de entusiastas, disfrutando el cariño y reconocimiento de la gente.
El apoderado Antonio Barrera ha tuiteado esa noche que no podía creer el verse con la multitud llevando en volandas a Morante. Y así, a un lado de las aguas del Tajo, fue paseado a hombros por toda Ronda hasta muy entrada la noche. La otra noche, la previa, Morante estuvo en la soledad de la plaza, y entre los mugidos de toros en los corrales, recordando el paso de los tiempos, caminando cabizbajo con la única compañía de su apoderado y junto con los espíritus de Pedro Romero y Cayetano.
Vistió esa tarde un sobrio goyesco azul pavo con bordados en pasamanería negra. Fajín y bello corbatín de lazo en rosa, el capote envuelto, muy ceñido y tocado con el “medio queso”, calado muy horizontal, a la usanza de los albores decimonónicos (Zavala de la Cerna dixit).
Fue en el sexto donde Morante se arrebató; ante la sorpresa de todos, pidió los palos. En el tercer par ha citado al juanpedro, sentado en una silla, recordando a “El Gordito”, para banderillear de acuerdo a los ancestros modos. Por bulerías se escucharon los aplausos.
Este toro lo brindó a Frank Rivera Ordóñez, el de Juan Pedro se paró y Morante mal lo mató, pero la genialidad ya se había expresado lo suficiente para que esta corrida goyesca también tenga una página especial es su libro de historia.
Aviso importante
Tal como se anuncia en las transmisiones de lucha de AAA y WWE, recomendando a los videntes que NO intenten realizar las suertes que ven hechas por expertos. Debe quedar prohibido realizar esta antiquísima suerte de banderillas, pues es prerrogativa de genios con duende. No cualquiera puede intentarlo y sólo se les da a una lista muy reducida: ¡Morante y ya!
1. Bella estampa muy goyesca, Morante cita sentado en una silla al juanpedro, con los artísticos garapullos exornados con rojos claveles en alto.
2. Impulsándose hacia delante se levanta haciendo el cite, cargando el cuerpo a pitón contrario y hacer el quiebre por el lado derecho.
3. Con mucha verdad coloca el par, que es corto, con el pitón derecho rozando la negra pasamanería de la taleguilla y el muslo.
4. Para una pintura que bien puede Dios firmar: el castaño oscuro, bocinero y ojo de perdiz sigue embebido la muleta que hace la forma de “Trincherilla” en un soberbio muletazo. Obsérvese la pasmosidad y expresión de las caras de asombro de los aficionados, muchos de quijada caída, todos cautivados en lo que están viendo. No se ve a nadie llamando o enviando “eseemeeses” por el celular. El apoderado Toño Barrera (segundo de izquierda a derecha, en la primera línea), entre los guapos monosabios también de goyesco, muestra cara de “no poder creer lo que ve”.