1. Hay secciones rurales, semirurales, urbanas y semiurbanas, de acuerdo con los catálogos de servicios públicos, infraestructura urbana, densidad demográfica, vías de comunicación terrestres, aéreas, y actualmente las de la magia de la computación.
1.1. De ahí que, cuando posean ciertas calidades de las enunciadas, ascenderán a barrios o colonias, según su organización vecinal.
1.2. Pasarán en Puebla estado a la siguiente categoría, que es la de ranchería-aldea; para ascender —no saltar— a pueblo, de ahí con la aprobación diputadil asciende a villa, y de villa a ciudad.
1.3. Para ser creado un municipio nuevo necesitase que tenga el rango o nombramiento de villa, más de 25 mil habitantes, totalidad de servicios públicos consignados en la Constitución federal, además de capacidad ($) para autogestionar su gobierno local, llamado también ayuntamiento.
2. Ahora, que mutilen o capen a los pueblos —como decimos en las aldeas cuando a los animales se les cercenan las partes nobles para la reproducción—, estarán impidiendo el crecimiento:
a) Democrático, pues los pueblos jamás llegarán —bajo su ilegítima ley que aprobarán sin duda alguna— a convertirse, pasadas las décadas, en municipios autónomos e independientes en una natural evolución de crecimiento social.
b) Hacendario, pues bajo la ley actual sus gobiernos que se llaman juntas auxiliares municipales no cobran impuestos, derechos ni servicios, a no ser accidentalmente la cooperación mínima para reparar una bomba de agua, emitir un acta del registro del estado civil , o hacer colectas miserables para algún trámite gubernamental —tareas que realizan gratuitamente, mientras que regidores, síndico y alcalde ganan cantidades más que dignas para la pobreza nacional—, pues los vecinos de los pueblos deberían en estados superiores de organización (villas) adiestrarse para pagar impuestos, derechos y servicios, cobrarlos y honradamente administrarlos, tareas que no ejecutarán nunca bajo sus leyes mutiladoras.
d) En desarrollo social, pues pretenden —dice el señor Riestra Piña— dotarlos de facultades para que guarden sus costumbres, sus rituales religiosos, sus tradiciones, como si fuesen reservaciones de pueblos indios en los Estados Unidos, bajo la máxima bestialmente antihumana, además de gringa, que dice: “El mejor indio es el indio muerto”.
Sí así fuese, Puebla será publicitada mundialmente donde sus legisladores dictan como en la época hitleriana: A qué deben dedicarse los seres humanos de tal geografía, cuál es su comportamiento, qué deben cantar, rezar o festinar, violando todas las garantías constitucionales, más los tratados internacionales firmados por los gobiernos federales.
Por favor, señores, más seriedad en sus tareas, a riesgo de perder varias de sus canonjías.
*Consejero de la Fundación Colosio capítulo Puebla.