1. Las naciones del Anáhuac existentes en la época de la Conquista española (siglo XVI) gozaban de una profunda moral pública. Era castigada la embriaguez, la mentira, el desacato a la autoridad, la deslealtad familiar o gubernamental, el respeto a la divinidad, el derroche de los funcionarios, o la ausencia de solidaridad vecinal. ¿Las penas? Desde la amonestación, el arresto hasta la muerte, aplicadas por una juiciosa imparcialidad.
2.- Al caer México-Tenochtitlán bajo la alianza de 200 mil indígenas con algunos cientos de españoles, se derrumbó (dicen los que de esto han escrito miles de libros) una de las más sólidas culturas de ambos hemisferios, con ella los valores que enaltecen a cualquier sociedad actual: Honradez, respeto a las leyes, productividad gubernamental, responsabilidad vecinal y ciudadana, solidaridad humanista, ejercicio de la piedad y goce cultural.
2.1. Los conquistadores españoles eran simples baturros avecindados en las provincias ultra miserables de la península, sin otro destino que la guerra, la iglesia o la miseria. Como su país de “provenencia” era el más atrasado del continente europeo, vivían en la misma cultura imperante que los otros que la han practicado durante dos mil años: Guerras, invasiones, pillajes, insalubridad, insolidaridad con libertinajes de las clases dominantes. De ahí que nuestro comportamiento social sea el que es en 2013, en los albores del siglo XXI, quizás con la justificante de nuestra juventud como país, toda vez que arrancamos como tal en 1821; nos peleamos liberales vs. Conservadores, Federalistas vs. Centralistas; derrotamos a Napoleón III fusilando a Maximiliano, e hicimos la mexicana Revolución con un millón de sacrificados de civiles y combatientes.
3. Hete aquí (frase de Pedro Ángel Palou “El Viejo”) que de pronto seguimos con los valores impuestos hace cientos de años por los hispanos, mientras que los que los crearon (los otros países europeos) han logrado superarse como sociedad simplemente sometiendo a sus gobernadores a practicar la planeación, la programación de su trabajo, e imponiendo la honradez.
3.1. De ahí que la claridad, la transparencia sirvan para que la autoridad del rango que sea no derroche, no robe, no corrompa o se corrompa, lográndolo con la ley de transparencia. Ésta existe en Finlandia con 16 o 17 artículos para que el finlandés la use para lo que sea, mientras que las legisladas en América Latina son complicadas, obscuras y casi secretas, creando cavernas inaccesibles de información al nacional, “pues agreden la seguridad” ésta, o la otra.
De la CAIP solamente vale la señora Blanca Lilia Ibarra, como Quijote, verbo en ristre arremete contra los trapos, ¿qué ocultos datos? Escribió hace décadas el más grande mexicanólogo, Frank Tannenbaum: “Quien sabe la verdad y la oculta es un farsante. Quien la sabe y la dice es un publicista”.
Nuestra casa
Los viernes por las tardes se reúnen arquitectos notables en la fonda La Margarita de la 5 Poniente para degustar comida con sabores.
* Consejero de la Fundación Colosio capítulo Puebla.
Asesor de IDEAS ONG’s Internacional